Saludo a todas las mujeres madres

 

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Cajamarca, 10 de mayo de 2020.

 

Respetados(as) amigos(as)

 

Me dijo a ustedes, en este trascendental DÍA DE LA MADRE, con la finalidad de saludarlos muy cordialmente, y, específicamente, va este J que les rodeen en sus dignas y sendas familias. Y, por supuesto, un afectuoso saludo para todas las madres de la APLIJ, a todas las madres cajamarquinas, del Perú y de todo el mundo.

En una entrevista que, a mediados de la década del 60, le hiciera César Lévano a Ciro Alegría le preguntó: "¿Cuál ha sido el peor momento de su vida?" El gran novelista le contestó: "La muerte de mi madre". ¡Qué elocuente esta respuesta! Realmente hablando, la madre es el eje del hogar. Y quienes hemos tenido desdicha de perderla, nos hemos quedado en la más triste orfandad. "Orfandad de orfandades"−como diría Vallejo.

Roberto Paoli, en unan conferencia dada en la década del 80, acá en Cajamarca, nos dijo con exactitud, cuántas veces el gran poeta universal emplea la palabra MADRE en su poesía. Solo como una muestra, en Trilce XVIII dice: "Amorosa de innumerables llaves, / si estuvieras aquí, si vieras hasta / qué hora son cuatro estas paredes. / Contra ellas seríamos contigo, los dos, / más dos que nunca. Y ni lloraras, / di, libertadora!

Y, en Trice XXVIII empieza diciendo: “He almorzado solo ahora, y no he tenido / madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua, /…”  Más adelante continúa: “El yantar de estas mesas así, en que se prueba / amor ajeno en vez del propio amor, / torna tierra el bocado que no brinda la MADRE, / hace golpe la dura deglución; el dulce, / hiel; aceite funéreo, el café.” Estos versos y muchos otros más de nuestro insigne, humano y universal vate constituyen un verdadero y merecido homenaje al ser que es capaz de dar vida, y no solo la da, sin que se esmera por cuidar, cobijar, alimentar, vestir, educar y, más que todo, darle ese calor humano que, una vez perdido, no se lo vuelve a encontrar, en ninguna parte del mundo.

Por el ello, tenemos que decir con todo nuestro sentimiento, con todo nuestro fervor, con todo nuestro amor filial: ¡FELIZ DÍA, MADRE CAJAMARQUINA, PERUANA Y DEL MUNDO ENTERO! No de modo gratuito, Máximo Gorki, en uno de sus “Cuentos de Italia” exclama: “¡Glorifiquemos a la mujer–Madre, inagotable fuente de la vida, siempre triunfante! ¡Glorifiquemos en el mundo a la mujer–Madre, única fuerza ante la que se doblega sumisa la muerte!”

Para concluir este breve texto con citas de tan egregios pensadores, poetas y tal vez profetas, debo invocarles a que relean a otros dos grandes poetas: al poeta argentino Olegario V. Andrade, con su Consejo maternal y a Mons. Jara, con su Retrato, que este último ha escrito un insuperable “boceto” de MADRE. Allí van*.

Un saludo sincero y un fuerte abrazo a todas las madres del orbe.

Atentamente,

J. L. Cerna Cabrera

 

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*Ver estos poemas en: Poemas Autores del Mundo

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