Día de la Juventud y de la Primavera

 

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HOMENAJE A LA JUVENTUD 2025.

Óscar Mejía Mejía

Siempre han sido grandes las esperanzas que los pueblos han depositado en la juventud; y en virtud a ello han reservado una fecha especial, con el propósito de tributarle el más justo y merecido homenaje. Razón más que suficiente, para que el 23 de setiembre de cada año, se haya designado “El Día de la Juventud”. Fecha de tan singular significado que coincide, precisamente, con el inicio de la estación primaveral, que es símbolo de belleza, sinónimo de reflexión y expresión de alegría.

A través de los tiempos muchos filósofos, historiadores, poetas, literatos, escritores y talentosos estrategas latinoamericanos y del mundo, se han ocupado siempre en hablar de la juventud con gran solemnidad, de manera tan emotiva y con mayor acento; y en tal sentido, yo no quiero ser la excepción, porque considero a la juventud como la reserva moral más preciada de nuestro capital humano.

La juventud, no es un momento de vida, sino un estado de alma. No es cuestión de mejillas sonrosadas, de labios rojos o de rodillas flexibles. La juventud es una condición de la voluntad, una cualidad de la imaginación, un vigor de las emociones, un frescor de las fuentes profundas de la vida.

Juventud, significa predominio del valor sobre la timidez, del ansia de aventura sobre el deseo de quietud. Nadie envejece por el mero hecho de vivir un cierto número de años. Se envejece por el abandono de los ideales. Es verdad que los años arrugan la piel, pero la pérdida del entusiasmo marchita el alma. Los verdaderos largos años que inclinan y deprimen el espíritu son las preocupaciones, la duda, la desconfianza en uno mismo, el temor y la desesperación.

En cada corazón humano existe el amor a lo maravilloso, la admiración por las estrellas, el indomable e infantil deseo por lo desconocido, por el goce y juego de la vida.

Eres tan joven como tu fe, tan viejo como tu duda. Tan joven como la confianza que tengas en ti mismo, tan viejo como tu temor. Tan joven como tu esperanza, tan viejo como tu escepticismo.

En el centro de tu corazón hay como una estación de radiotelefonía, en la medida que recibes mensajes de belleza, esperanza, alegría, valor, grandeza y poder de la tierra, de los hombres y del infinito, eres joven. Más, cuando la duda se apodera de ti y tu corazón se cubre con la nieve del pesimismo y de la incredulidad, entonces si estás envejeciendo. Quiera Dios apiadarse de tu inquieta vida.

La juventud, no es sólo nuestra esperanza, sino también nuestra realidad transformadora de la actualidad. La Juventud, es fuerza de poder y riqueza por excelencia de nuestros pueblos.

Nuestras naciones necesitan de nuevos líderes, de nuevas generaciones. El mundo lo reclama, líderes que no venda sus valores, líderes honestos y verticales que sepan decir la verdad, aunque vean que los cielos se desploman.

¡Bienaventurada aquella juventud, que no ha sido cómplice de nuestro pasado vergonzoso!

¡Bienaventurada aquella juventud, que no comparte de la misma mesa con los tiranos e inmorales!

¡Bienaventurada aquella juventud, que iza la Bandera de Justicia para reclamar los Derechos de los desheredados del orden económico y social!

¡Loada sea la juventud que lucha por la justicia, que vive por ella y que muere por ella!

Gracias, muchas gracias.

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