Bicentenario de la Independencia del Perú.
Presentación Textos al Bicentenario
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CANTO CORAL DE ROMUALDO EN EL BICENTENARIO
Por: Bethoven Medina
En la poesía de La Libertad, la promoción del cincuenta se caracteriza por su emoción social y altura humana. Los exponentes con mayor presencia y proyección poética son Leoncio Bueno (Ascope, 1920), Máximo Lam Ganoza (San Pedro de Lloc, 1921-1968) Alejandro Romualdo (Trujillo, 1926 – Lima, 2008) y Arturo Corcuera (Salaverry, 1935 - Lima 2017).
Alejandro Romualdo comenzó a publicar en 1959, junto a los vates Washington Delgado, Jorge Bacacorzo, Víctor Mazzi, Carlos Germán Belli, Francisco Bendezú, Juan Gonzalo Rose y Pablo Guevara. Los poetas fortalecieron lazos amicales y coincidieron en la ideología marxista y en el existencialismo. La mayoría asumió una actitud literaria contestataria y de compromiso social. Una de las más altas voces de la poética liberteña, peruana e hispanoamericana es Alejandro Romualdo, quien estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y realizó un posgrado en la Universidad de Madrid. Lamentablemente, su obra no tuvo la crítica que merecía, a pesar de que su poesía era categóricamente superior a la de muchos de sus contemporáneos.
Valoración
Pondero a su obra en el título “Edición extraordinaria (Antología general de la poesía en La Libertad, 1918 - 2018)”, por cuanto “Edición extraordinaria” es la obra cumbre de Romualdo, que tuvo como primera etapa la poesía lírica, sentimental y pura (1949-1951), con el sorprendente libro “La Torre de los alucinados” (1949), con el cual, el poeta recibió, a los veintitrés años, el Premio Nacional de Poesía. Hoy lo recordamos con su “Canto Coral a Túpac Amaru”, tan vigente en nuestra historia y muy puntual en el Bicentenario.
Romualdo y Eguren
Ricardo Falla (Lima, 1944), poeta y ensayista ha publicado en “Crear en Salamanca” un ensayo sobre la obra de los poetas peruanos José María Eguren y Alejandro Romualdo. Leamos: En 1916 José María Eguren abría para los amantes de las bellas letras su hermoso libro de poemas “La Canción de las figuras”; y en 1949 el novel poeta Alejandro Romualdo obtenía el Premio Nacional de Poesía con su fino poemario “La torre de los alucinados”. Ambos libros, distanciados por treinta y tres años, revelaron en sus momentos el inicio y continuación de una nueva tradición poética: el simbolismo. Este género, iniciado a fines del XIX en Francia, instalado en el Perú a inicios del siglo XX, permitió que las letras peruanas ingresaran por derecho propio a una nueva forma de la enunciación poética: la mini metáfora, cargada de ambigüedad semántica, donde las variaciones de sentido permiten diversidad de lecturas, hecho que potencia mediante la figuración de la realidad.
Poesía y pueblo
Alejandro Romualdo, convencido socialmente de que la literatura debe transmitir un mensaje en favor del pueblo, continuó, en una segunda etapa, como exponente de la poesía llamada “social” (propia de los años cincuenta, 1952-1967). Sin embargo, considerando la libertad artística, retornó a los temas y formas experimentales de la poesía visual y a la variedad temática, de conceptos y de mensajes. En sus libros “Cámara lenta“ (1950) y en “El cuerpo que tú iluminas” (1951) muestra su firme propósito de exigir belleza a la palabra, con sencillez y transparente mensaje y cierto tono propio de la poesía española de apegos espirituales, pero, al mismo tiempo, aferrado a la convicción política que ya había asumido. Romualdo es el poeta social que retornó al uso del verso clásico, como se observa en el libro “Mar de Fondo” (1951), donde usa cuartetos de rima libre, y en “España elemental” (1952), en el cual plasma abiertamente su compromiso con la sociedad. Y es más confrontacional en su libro “Poesía concreta”, de estilo directo. En este convoca a mejorar la situación socioeconómica del país.
Proyección
Alberto Escobar escribió que “Romualdo tiene un verso templado y enriquecido, se torna militante; el gesto vital, enérgico, le insufla un dinamismo que fluye del encabalgamiento y la enumeración, recursos que suma a la ruptura de sintagmas lexicalizados, y el atrevimiento desenvuelto (aprendido en Quevedo) con lo que reinstala en la lengua que punza en la realidad y la recrea”. El poema “A otra cosa” se considera como el “arte poético” de la generación del cincuenta. Esta generación reivindicó al universal César Vallejo como emblema estético y, a la vez, asumió el pensamiento de José Carlos Mariátegui en su posición intelectual.
Canto Coral
El realismo artístico se expresa en “Edición extraordinaria” (1958), que contiene el “Canto coral a Túpac Amaru”, poema incluido en casi todas las antologías de poesía peruana y que se recita en los colegios nacionales, más aún en este Bicentenario de la Independencia del Perú. Después viajó a México, y regresó en 1971 a desarrollar la tercera etapa de su creación. Sorprende por su vuelta a la poesía de las formas de la palabra y de los signos auxiliares (tipografías y espacios), como se observa en su libro “El Movimiento y el sueño” (1971), con cierta influencia de Octavio Paz. Luego continuó con “Cuarto Mundo” (1972) y “Extensión de la palabra” (1974). El poeta Alejandro Romualdo vaticinó que Túpac Amaru: “gritando ¡Libertad! sobre la tierra, ha de volver. ¡Y no podrán matarlo!”. Romualdo, muy presente en el Bicentenario.
Cajamarca, 03 de abril 2023.