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LOS PERROS HAMBRIENTOS!!!!!!!!!!!!!!
RONALDA sueña con volverse joven otra vez, corretear por el mundo de su casa, alucinando amores inventados, enamorarse, tener hijitos que le dieran alegrías mamando a su gusto su leche generosa. Ahora con varias enfermedades a cuestas sortea una vejez inquieta y azarosa por las comezones que le entran por todo el cuerpo. Pero su fidelidad a prueba de toda circunstancia, a su vieja compañera a quien comprende y acompaña en alegrías y penas desde que le regalara su comadre Petronila, cuando era pequeñita.
LAYO joven descendiente de labradores tan animosos, juveniles, amigueros, salvado de una muerte segura en los inicios de su vida, que casi lo desaparece de este mundo al que ama con intensas emociones y travesuras. Marcando su territorio a cada rato y por donde sea. Huele desde lejos la venida de su dueño, que se fue un día dejándolo para casarse con una linda chica. Layo es genial y alborotado.
RUFUS, bello amigo, de piel marrón que le sienta de maravilla. Creció con todo el cariño de su familia allá en Cajabamba, Una vez, casi lo dan por perdido, cuando en una de sus escapadas por las feroces explosiones de los cohetes de la fiesta de la Virgen Patrona. Rescatado, se vino a Cajamarca con toda la familia pero… fue separado, en los departamentos modernos no hay sitio para ellos. Esta separación y una caída fulminante desde el segundo piso le marcaron una bipolaridad que arrastra desde entonces, le provoca ansiedad, miedo, rabia y una enorme necesidad de protección de su amada Ceci, a quien se aferró desde que lo separaron de los suyos. Esta flaco y ojeroso, arrastrando una pena de desarraigo que no cura hasta la fecha.
Cada familia, estoy segura, tiene ese aliento fiel cada mañana, cada noche, cada estación del tiempo. En casa, no hemos dejado de tener a este fiel amigo. Muchos de ellos han pasado por nuestras primaveras e inviernos. Y ahora se le ocurre a nuestro Padre del Pueblo y a su séquito de regidores una ordenanza que me parece sencillamente absurda, discriminatoria, mal oliente, bajo aplicación de las famosas uités: registrar, bajo amenaza, a nuestros “canes” con certificado de médico veterinario colegiado, a quien tenemos que pagar dicho documento; foto tamaño pasaporte digitalizada, cómo lo harán los que no tienen computadora, menos USB. Los datos firmes del dueño con copia del DNI y una bien fundamentada solicitud, pidiendo qué, no lo sé. Da miedo, para qué inscribir a nuestro perro, para que nos cobren impuestos? para defender sus derechos? para llevarlos al veterinario? para saber qué le damos de comer? NO lo sé. En la ciudad disminuye la tenencia de estos fieles compañeros, en el campo, todos los hogares rurales tienen su perrasho. Juego preferido de los niños, fieles guardianes de sus dueños, aunque la comida no alcance para ellos y tengan que vagar, bajando a la ciudad, para llenar en algún basurero su hambrienta barriga, mientras los padres de los niños, van a buscarse la vida también en un trabajo informal e indigno, no encuentran en ningún sitio ese empleo digno que les de comer bien, a ellos y a sus perros. Por eso los perros hambrientos, el Hueso, el Pellejo deambulan por las ciudades civilizadas donde les echan palo o veneno para que desaparezcan y dejen limpia, como debe ser una ciudad civilizada, donde la justicia se vende, donde se explotan inmisericorde los recursos naturales, donde se permite el robo y la violencia, panes de cada día. Desaparecer a los perros hambriento, como antes a las garzas, es la Ordenanza aprobada por nuestro consejo municipal, en lugar de ello no sería más justo albergar a estos fieles compañeros vagabundos, en una necesaria y hermosa perrera? Una buena educación en la familia y escuelas sobre los derechos de los animales, mejores y responsables estrategias de recojo de la basura, no les parece, señores del Concejo?
Cajamarca 4 de junio del 2012
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