Carátulas de libros de Cajamarca - 2015
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Aperturamos esta sección titulándola de color verde,
con la esperanza de que este año sea prolífico
en publicaciones de libros de autores cajamarquinos,
convencidos de que solamente el libro permite
la expansión de la cultura de un pueblo.
Las presentaciones de libros, de las que hemos
dado cuenta en la sección correspondiente
han sido de libros publicados en años anteriores
"Ojos de la noche" inicia esta sección,
y reiteramos nuestra sincera felicitación a su autor
el Lic. Carlos Ernesto Cabrera Miranda.
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PRESENTACIÓN “Sueños de mi infancia” es un trabajo que destaca no sólo la imaginación del autor sino un gran conocimiento de la naturaleza, su contacto con animalitos y su gran capacidad de observación hace que muestre el cuento como una verdad, sacando de la fábula lecciones de vidas, esa mezcla de inocencia y sabiduría permiten conocer la nobleza de este pequeño autor. Yo tengo la suerte de conocerlo antes de nacer y siento que es el fruto del gran amor de sus padres, profesores los dos; la influencia de su abuela escritora y poetiza también, pero sobre todo Martín Enrique es el fruto de un milagro concedido por nuestras madre la virgen en su advocación de Lourdes de quién todos somos devotos. |
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Felicito a Martín por este logro y espero sea el principio de otros más, que siga creando y trasmitiendo su dulzura y su amor. Lourdes Barrantes Sánchez. |
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Presentación Auspiciar la publicación de un libro siempre supone contribuir a engrandecer el bagaje y la riqueza cultural de un pueblo. Por lo mismo, en Mi Caja Cajamarca, que este año 2015 celebra el vigésimo aniversario de su fundación como caja rural, creemos que nuestro patrocinio del libro "Leyendas Fogoneras Cajamarquinas", del escritor Jorge Pereyra Terrones, cumple dicho cometido, contribuye a cimentar nuestra cultura y ayuda a difundir aquellas fabulosas historias populares que todos nosotros escuchamos cuando niños. Mi Caja Cajamarca no es sólo una organización financiera y crediticia donde los cajamarquinos depositan sus ahorros, sino también una entidad que pretende resguardar parte de nuestra gran riqueza cultural y apuesta |
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por la recuperación de la identidad cajamarquina y de los rasgos más distintivos que caracterizan a la cajamarquinidad. Naturalmente, todo esto forma parte de la responsabilidad social que siempre ha distinguido a nuestra institución. Y para graficar de manera sucinta esta responsabilidad, baste tan sólo mencionar que la inversión nuestra para restaurar y poner en valor la hermosa Casona Castañeda, nuestra actual sede institucional, ascendió a medio millón de dólares. Celebramos pues, con este libro de leyendas, veinte años de crecimiento y consolidación empresarial ininterrumpidos, que nos ha permitido llegar a la mayoría de provincias de nuestra gran región mediante la apertura de sucursales a fin de proporcionar a nuestros ahorristas, comerciantes, pequeños empresarios y público en general el apoyo financiero oportuno a bajas tasas de interés. Gracias Cajamarca por la confianza y preferencia depositada en Mi Caja Cajamarca, a lo largo de todos estos años, situación que nos obliga a seguir superándonos cada vez más a fin de continuar siendo con gran orgullo "la Caja de los cajamarquinos". Omar Díaz Jiménez Director Gerente Palabras del autor Nací en el año del Dragón, en el Centro Histórico de Cajamarca, y viví mis primeros años en el jirón Atahualpa, en donde aprendí muchas cosas que quizás no debía. Hice la primaria en diversos centros educativos porque siempre me trompeaba a la salida de la escuela. Y después que me expulsaron del Colegio Militar "Ramón Castilla" de Trujillo, por no aceptar las impertinencias de un cadete de año superior, culminé la secundaria en el glorioso colegio San Ramón de Cajamarca. Allí estudié cosas tan prácticas como Educación Cívica, Lógica y Religión. Pero lo que más ansiaba era escaparme del aula a efecto de jugar fulbito o para leer a Vallejo y Arguedas bajo la sombra de un eucalipto. Volvieron a expulsarme de la Escuela Militar de Chorrillos, no terminé Sociología en la UNC, tampoco culminé la carrera de Periodismo en el Instituto Jaime Bausate y Meza, pero trabajé como articulista en la página editorial del diario La Crónica, donde gané un Premio Nacional de Periodismo, hasta que me deportaron a México durante la dictadura de Morales Bermúdez. En la capital mexicana laboré en el diario El Universal, dirigí la revista Textual de humanidades y ciencias sociales de la Universidad Autónoma de Chapingo y trabajé como investigador en el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo. Como corresponsal de guerra para diferentes cadenas noticiosas televisivas, cubrí las guerras civiles de Nicaragua y El Salvador, en las que estuve a punto de convertirme en una víctima más de las que diariamente reportaba. Luego viajé a Estados Unidos donde me desempeñé como reportero, productor y presentador de noticieros en las cadenas televisivas de Univisión, Telemundo, Fox y NBC. He vivido la vida que quise vivir y practiqué también algunos oficios inconfesables. Publiqué asimismo varios libros y artículos, y he viajado demasiado por el mundo debido a guerras, huracanes y terremotos. Me he casado cinco veces (no hay quinto malo), tengo dos hijas y dos hijos, y de vez en cuando toco guitarra, canto, y escribo cuentos y poemas. Sigo empeñado en buscar la justicia social y la justa distribución de la riqueza. También amo profundamente a mi tierra, Cajamarca, y defiendo su medio ambiente y la limpieza de la naturaleza. Esto no cae muy bien en el egoísta mundo neoliberal actual en el que vivimos, en donde se valora más la propiedad que la inteligencia. Y tanto la razón como el talento son combatidos visceralmente por la estupidez de los mediocres. Creo en la dialéctica, en la paradoja, en la virtud de imaginar y de soñar con un mundo mejor y diferente al que nos ha tocado vivir. En pocas palabras, soy un hombre de un tiempo que aún no llega. Jorge Pereyra Prólogo Jorge Pereyra Terrones, reconocido intelectual cajamarquino, me ha solicitado prologar su más reciente obra "Leyendas y Tertulias Fogoneras", un trabajo más de su producción narrativa, en cuya línea ya ha publicado "La puerta del viento", "Cuentos Pichos Cajachos", "Un Quipe de Cuentos Cajamarquinos" y "La lengua del silencio". En tanto que en poética ya salió "A corazón abierto", "Versos perversos", "Valle de sueños verdes" y "La otra mitad del amor". Además, es autor de "101 razones por las que estoy orgulloso de ser cajamarquino". El libro en mención hace hincapié en que, recrear estas historias fantásticas y costumbristas, enriquecen nuestra cultura regional y nacional, añadiendo que nos enraízan con el entorno natural y humano. Recordar este tipo de historias, según el autor, nos permite recuperar nuestra identidad, y cabe resaltar que Pereyra incluye una colección de leyendas no sólo de nuestra localidad y provincia sino de otros lugares de la región, no sólo como recuerdos del pasado sino como parte vigente de la vida actual, sobre todo del ámbito campesino. Este trabajo nos entrega 45 leyendas. ¡Qué acierto tiene Jorge al dedicarlo a su madre, abuela y tías, porque con los relatos de ellas es que de algún modo participó, desde el palco de su imaginación infantil, con los personajes -impalpablemente reales para él- que protagonizaban cada episodio narrado en medio del humo y calor del fogón y que le ayudaron a tender un puente invisible entre sus ojos o su intención... con las brasas o tizones que ardían o le guiñaban entre las tulipas, permitiéndole así hallar una senda fantástica y trepar por ella hasta el negro pishal del techo, atándose con él a los protagonistas de cada historia convirtiéndolo en un personaje más de la leyenda con la que estaba comulgando en esas noches. La juventud actual ni sabe que antes, alrededor del fogón hogareño, a la amarillenta luz de un candil o lámpara a kerosene, se cumplían las labores familiares de escoger la semilla, desgranar las mazorcas, seleccionar y embolsar los alimentos, convertir las madejas de lana en ovillos, desenvainar los hermosos fréjoles, y otras más, como recurso para fortalecer los lazos de unión e identidad familiar y colectiva o para reforzar las enseñanzas morales a los menores. Esas historias o diálogos de las "tertulias fogoneras" se amenizaban con refranes y moralejas, con consejos y hasta con detalles cuyo mensaje subliminal era el fortalecimiento del amor a la familia, a la comunidad, al terruño o el temor a lo desconocido para motivar a la práctica de valores. Ahora, los cementerios ya no dan miedo ni el "shapingo" tampoco, más bien se teme a los vivos o a los "vivazos" que pululan como carteristas, asaltantes, sicarios o, incluso, como políticos o como congresistas que juran no por la patria sino por la plata... Y en cuanto a los "malos espíritus", ni hablar, porque desde casi niños y adolescentes están buscando jugar con la ouija o con aquello que les ayuda a segregar adrenalina recorriendo caminos prohibidos o tratando de demostrar que ya son valientes exponiéndose al peligro y la sinrazón. En ese marco comprenderemos en este libro el tormento de un monje, no tanto por dar cabida a su amor imposible hacia una doncella sino por mentir sobre la honra de ella, con tal de no verla casada. También comprenderemos cómo surgen episodios para que un borrachín protagonice escenas de terror que buscan alejarlo de su vicio. O, contra los niños desobedientes y llorones, el invento del "Coco" o los duendes sancionadores. Jorge Pereyra nos permite compartir un imaginario fogón cajacho y con las páginas de su libro desgrana las escenas del fantasma femenino en la carretera; del hombre que sólo Lucy pudo ver en el ómnibus (o góndola, como se le decía antes); de lo que pudo ocurrir con los tesoros incaicos que los invasores españoles robaron luego de asesinar a Atawallpa; del túnel del tiempo en Santa Apolonia; de la diabla que castiga a los maridos infieles (no hay relato del diablo contra las adúlteras, que también las había, aunque mucho menos que ahora), etc. No conviene omitir tampoco la referencia a esa historia en la que aparecen como protagonistas parientas del autor, lo cual ha de motivar a más de una persona a interesarse en su lectura. Bueno, por sobre ello, Cajamarca merece y necesita de la publicación de este tipo de obras, porque rinden homenaje a la memoria colectiva de nuestros ancestros y por nuestra obligación de transmitirlas a las siguientes generaciones. Este libro de Jorge Pereyra Terrones y otros de su temática nos hacen ver la necesidad e importancia de la herencia autóctona para reafirmar nuestra identidad colectiva. Guillermo Bazán |
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PROLOGO INVOCACIÓN A LA JUVENTUD Rompa el mito, vota el complejo, vota la timidez, descarta el temor de afrontar la vida. Quieres triunfar, empieza a iniciar excavaciones en busca de tus mejores cimientos, empezando a interiorizarte. Claro que nada es fácil, pensaras que de la noche a la mañana ya llegaste al triunfo; tampoco, es complicado como tu pienses, se logra con mucha prudencia, amor, esfuerzo, empleando tiempo, amaneciéndose, perseverando, en los impases que se presenta en la vida. Se supera aceptado y perdonado, como dijo: JESUS DE NAZARENO el hombre también tiene que saber perdonar. En conclusión, se constante, humilde, transparente, seguro de sí mismo, audaz, trabajador y positivo. |
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Los grandes guerreros, los deportistas, en grandes contiendas de competencias han ganado medallas de oro, gracias al constante esfuerzo de jomadas físicas, de madrugadas frías y nublosas, con mucho sudor, solo así se logra, el triunfo de la vida, uno llega a este mundo a ser soldado de la sociedad, todo está en tus manos, tu puedes si quieres, está dentro de ti, supérate, solo tienes que empezar. |
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El amor como un cúmulo de búsquedas y desengaños ha sido desde la antigüedad clásica y es, en muchos casos hasta hoy, el tema que ha desgarrado la vida de hombres y mujeres, y que bien se ha sabido manifestar a través de la sensibilidad de los poetas. De modo que, podría ya no resultamos novedosa la aparición de un poemario más sobre este tema; sin embargo, Te sueño cada día, botella al mar para Elio Edilter tiene la particularidad, y la altura, de abordar la experiencia amorosa contemporánea desde el estilo y la perspectiva clásica. A través de un tono intenso y desgarrado que nos habla de la ilusión y el desengaño amoroso en los primeros años del siglo XXI, podemos, no obstante, sentir los ecos de las voces de Safo, de Propercio, de Marcial, o del Catulo que cantaba a Lesbia como Eugenia canta a Elio Edilter. De: Contracarátula. |
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PRÓLOGO “Vientos del Chalaques”, al igual que en su primera obra (Cachablancas) el profesor Elio Burgos Vargas nuevamente nos entrega veintidós relatos cargados de tabulación, de burla jacarandosa y refinada, de vivencias, a través de una serie de personajes característicos que testimonian diversas situaciones o hechos que han marcado una anécdota, una circunstancia especial, una costumbre, o la retransmisión de una ficción. Relatos que nos remontan a los vésperos grisáceos sampablinos con olor a leña y duraznos, a la luz y el humo de un lamparín, luz amarillenta que se reflejan en los rostros de elocuentes conversadores y ávidos oyentes capturados por la magia de la palabra |
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hablada en tertulias cotidianas y figurarse a todos los personajes que
dan vida a este mundo del autor para trasladarnos hasta el siglo XIX e
imaginarnos a Tarciso Romero, de carácter fuerte frente al gringo,
imaginarnos los rostros aterrorizados de Antonio Palomino y Beltrán ante
la presencia del alma penitente de Asmodeo,
o los carnavales de antaño y el amigo Cuy de a Medio pidiendo que le devolvieran los chicles porque no querían bailar con él, o los amigos entrañables Wilfredo y Almanzor perseguidos a zapatazos por sus mujeres, al fantasioso Crisanto y el cadáver de Melquíades ante la tumba del brujo Evaristo, el carbonizado Fidencio y la predicción de Aguedita, o la ilusión dorada del Shingo que murió de amor, el léxico trastocado y los veredictos salomónicos del juez de paz don José Ahumada, Danko la mascota inolvidable que se salvó de morir envenenado pero murió bajo las ruedas de un camión cargado de apristas en campaña, el curita ambicioso que no dejó la alforja cargada de frutas que le causó un terrible accidente, el guardia civil Cabanillas que por venganza capturó en La leva al “Mono Llerena”, al “Picho” Nilo y al “Loco” Sánchez pues el primero le había quitado la enamorada, los forasteros de los arrieros de Chiapón, el hacendadillo protervo y libidinoso Fauno forzando a sus bajas pasiones a la adorable e inocente Chabela, rescatada por Popo el mozo humilde enamorado de la joven, al recordado y estimado Almanzor Revilla y su entrañable amigo Gilberto Vargas y las aflicciones del “Coche Boda” ... bueno y otros más que aparecen cual figuras chinescas en el transcurrir de los cuentos. “Vientos del Chalaques” expresa las estampas costumbristas, el alma bucólica de la provincia, las tradiciones campesinas y urbanas, el temperamento de la joven provincia sampablina, narraciones que han plasmado a través de la tinta la exteriorización de un corazón que late nostálgico ante un San Pablo que se esfuma pero que se refugia en los recovecos de la memoria, a ese bello San Pablo aldeano sin luz eléctrica, sin televisión ni internet ni el bullicio de la modernidad que ha destruido la conversación y la lectura en los círculos familiares, pero gracias al esfuerzo quijotesco de escritores aún perviven para que sean transmitidos a las generaciones venideras: “La fiesta del “Rey Momo”, una vez más llegó para la alegría los más jóvenes y una lejana añoranza para los que como Ramiro Terán, uno de los añejos carnavaleros sampablinos, arrastran ya solamente los recuerdos de sus años mozos que se fueron prestos en las fatigadas alas del tiempo... Parado en una esquina, ensimismado en sus recuerdos, lo veía ensayar una larga sonrisa, su mente viajaba al ayer seguramente. Cuando me acerqué a él, sin contestar mi saludo exclamó: ¡Qué diferencia hermano con los carnavales de mis tiempos Las comparsas pasaban precedidas por una banda de músicos. Saltando enterciados hombres y mujeres, niños, niñas, pintarrajeados, camisas y polos rasgados, borrachos la mayoría, cantando coplas de contrapunto entre patrullas de uno y otro barrio; eso está bien pero no comparto con las irreproducibles obscenidades que sin mayor respeto se vierten, ¡ay el vulgar modernismo licencioso y desprejuiciado!, se lamentó... Cuando en esta calle, anteriormente era solamente empedrada - me decía - el agua discurría por una acequia que había en el centro. En aquellos años que se fueron para no volver, constituían un especial atractivo las famosas “baldeadas” entre jóvenes de ambos sexos que proveídos de un balde, previo a un desafío se empoderaban de la acequia a una determinada hora y vehementes jugaban a mojarse unos a otros...” (CARNAVAL CACHABLANCA) El tono de una evocación sentida y conmovedora a través de un lenguaje coloquial alejada de la afectación, lo cual no quita su calidad literaria, es una constante en los relatos presentados: “Me quedé un tanto desconcertado por su nuevo comportamiento, cogí los pinceles, las pinturas, la lona y me puse a pintar y pintar sin asistir casi toda la mañana a clases, dándome un tiempo prudencial regresó para observar la obra y se sorprendió con el resultado, lo vi contento, feliz diría. ¡Te disculpo, no te preocupes! Me dijo, me dio una palmada en el hombro y se retiró. Desde ese entonces fue mi amigo, su chochera, me involucró en su grupo de teatro, me consiguió un buen colchón para mi cama, hacía que me repitieran los postres en las comidas y hasta me consultaba si quería descansar más temprano por las noches. ¡Descansa en paz Hermano Narciso!” (EL ZAPATAZO) En esta obra también hay que destacar denuncia o la preocupación por la injusticia, el abuso y la crueldad que cometían los hacendados con la clase desposeída, la desigualdad social, parte de un pasado oscuro y triste de la provincia que no puede obviar o evadir el autor: “San Luis de Jancos, Castro, el hacendado tenía un especial cuarto de castigo. Este déspota tenía una enorme piara de muías y preciosos caballos a los que consentían mucho. Una bestia valía más que un humano; cuentan que para su traslado dentro de sus propiedades no empleaba las acémilas, tenía a su disposición grupos de peones de los que se hacía cargaren hombros, cuando agotados por el cansancio se volvían lerdos con las espuelas infaltables en sus altas botas, hincaba las costillas de sus sirvientes, amén de los pencazos con la binza inseparable de su mano. Cuando alguno osaba desobedecer sus órdenes, los hacía ensillar, colocaba una tusa en el ano del sumiso peón para la baticola de átigo y espuelas que hacía sangrar los costados del sirviente se hacía pasear por los amplios corredores de la hacienda” (DE HACIENDAS Y HACENDADOS)
LA POESÍA DEL TESTIMONIO: EL AYER Y LA Un punto aparte es la poesía de Elio Burgos, de la cual me ocuparé sucintamente porque se merece una apreciación más amplia. Al igual que en su primera producción después de sus relatos concluye con un epílogo lírico compuesto por catorce poemas cuyo estro se colma en el tono confidente:
Y este incendio que se agita ...............................................................................................
Son mis celos que torturan
Poesía reflexiva, existencialista, una elegía a la vida en todas sus dimensiones: Viajero de luz, paloma amorosa,
Del milagro de abril no quedarán cenizas ...................................................................................................................... Ahora soy tu pasado,
Historia vivida desandando el tiempo ...............................................................................................................
(PARA SIEMPRE) Sus versos no pueden dejar de lado la exaltación del terruño, del pasado heroico, del valor cultural e histórico de la provincia, un canto a la identidad cultural: Macerado en jirones de gloria, Con paisajes que se hacen plegarias Y se elevan en busca de Dios. Pedernal vivo, San Bemardino Y tu orgullo el heroico San Luis,
Son tus barrios emporio divino Sampablino, “cachablanca” Con orgullo esa es tu identidad,
Como el cóndor que exalta los aires
(SAN PABLO) Presenta un lirismo espontáneo a modo de una conversación cordial, como un susurro a los oídos: Ahora eres tan solo un recuerdo,
Un paisaje mustio sin flores de mayo, ……………………………………………………………………..
Perdona si un día te propuse amamos …………………………………………………………………………….
Vive feliz, el tiempo sabio matará el recuerdo ……………………………………………………………………..
(PARA SIEMPRE) Su poesía es un recorrido en la trayectoria de la experiencia vital, se hunde en la memoria que es la raíz de su inspiración y florece en versos llenos de lirismo: ……………………………………………………………. Te acercas suavemente a mí como plegaria Y siento la caricia de tus alas de crisálida Que deshojan en mi mente sus pétalos de paz Y allá lejos como el brillo de una luna de otro mundo ……………………………………………………………… (SIN NOMBRE) Debo mencionar otro acierto del autor al incluir en esta producción el otro arte que cultiva, es decir, ilustrar su libro con su producción pictórica, lo cual nos permitirá conocer esta faceta del escritor, además que no son sólo suyas, sino también las pinturas de sus nietas ZALET PÉREZ BURGOS de diez añitos y GIANELLA BURGOS ROBLES de trece años, niñas que siguen la huella artística de su abuelo Elio Nobel. Finalmente, agradezco el privilegio de poder dar esta modesta apreciación, y que sigan soplando con la fuerza vital los “Vientos del Chalaques”, vientos que nos llenan de remembranzas, vientos que fortalecen el corazón sampablino con el pergamino del pretérito áureo, con la frescura del presente y vislumbran el deseo del buen futuro de esta provincia joven. RICARDO TEODORO ROJAS DORREGARAY. San Pablo, mayo de 2015. |
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PRÓLOGO CAJAMARCA EN MI CORAZÓN es el título del conjunto de composiciones poéticas de Sara Gutiérrez Sisniegas. Son versos sencillos, descriptivos, en los que predomina el sentimiento de la naturaleza y la abundante adjetivación para retratar a los personajes. En el conjunto impresionan agradablemente algunas imágenes sugerentes como "De luna tengo bordada el alma" (composición N° 8), "cautiva en tus ojos está la noche" (Serrana hermosa), "que se hilan en una rueca de nostalgia" (Inquietud) y los símiles que nos transportan a la caracterización de los seres. Al exaltar la belleza y el pasado histórico de Cajamarca, la autora se muestra laudatoria, añorante y nostálgica. |
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La piedra ha sido para muchos poetas motivo de reflexión V emoción; es el ser impenetrable físicamente, pero abierto a la meditación filosófica o la inspiración poética. Leamos esta plasmación lírica de la autora en Salmo a la piedra: Diosa pagana, ante ti reza la sombra de los hombres, ¿En qué puño cerrado te escondes? ¿Quién medita tu honda sed de vida? ¿No has medido tu oración de silencio?
Los elementos naturales fluyen a través de recursos expresivos como éste: Flores pequeñas de encajes tenues que en plegaria de perfume están dormidas, tienen el esplendor del sol sobre una lágrima y el rubor de una estrella frente al cielo. (A una flor) Las imágenes logradas elevan el canto poético como una floración en la fronda de los versos: y la noche se descuelga en tu negra cabellera y se borda de luceros en tu sonrisa soñadora. (Verso serrano) La emoción de Sara Gutiérrez es un crisol en el que se funden la palpitación romántica V el ritmo modernista: Canta mi voz con el jilguero y trueca en sus trinos al ruiseñor un canto alegre de primavera hecho de trigo, cebada y sol. (De luna tengo bordada el alma) Los ingredientes románticos (la naturaleza, el amor, la añoranza, la exaltación de la tierra natal, los ideales y esperanzas) son evidentes. Los rasgos modernistas (adjetivación descriptiva y logros rítmicos) pretenden alcanzar la belleza expresiva. Esperamos que los versos de Sara Gutiérrez lleguen presurosos a los lectores para motivar sentimientos humanos en general y emociones cajamarquinas en particular. Luzmán Salas Salas. |
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PRÓLOGO Elmer Castillo Díaz, nació en la primaveral ciudad de Huánuco, ciudad de los Caballeros de León. Hijo primogénito del matrimonio del huanuqueño Elías Joaquín Castillo Ramírez y la bella dama huauqueña Rosalía Díaz Zegarra. Arribó a la ciudad de Sucre todo un mozalbete, huérfano de padre; enamorándose perdidamente del verdor de su campiña, de la majestuosidad de sus cerros y del discurrir cantarino de sus aguas, por acequias y calles empedradas; y, poder exclamar a los cuatro vientos: Soy huauqueño de corazón. Elmer Castillo, es un asiduo lector de cuanto libro cae en sus manos y lleva en sus venas la pasión del fútbol. Habilidoso con la pelota; desenvolviéndose con |
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mayor destreza en el fulbito. En el fútbol, el físico lo traicionaba por ser amigo inseparable del cigarro; hábito que a los genios de la literatura ilumina, hasta convertirlos en lumbreras del saber. Por la década de los ochenta, empieza a escribir y publicar sus ágiles y punzantes hojas sueltas, llamadas WITOTADAS; en las que, con su estilo tan peculiar suyo, enfoca el oso y corrupto accionar de autoridades y nacionales. Hojas sueltas similares a los históricos CAFÉ AL PASO, que solía regalarnos el Laureado escritor celendino Alfonso Peláez Bazán. Ya en la flor de la adolescencia arriba a la ciudad de Lima para postular e ingresar a la Benemérita Guardia Civil del Perú de aquellos años. A los pocos meses de su preparación académica es destacado junto a otros jóvenes beneméritos a prestar sus servicios en el acogedor distrito de Lircay, provincia de Angaráes, en el convulsionado departamento de Huancavelica; centro del accionar terrorista de aquellos nefastos años de la subversión en el Perú. LIRCAY Y OTROS CUENTOS, es en síntesis, el nombre que arropa estos bellos relatos impregnados de un estilo sencillo y lineal, que nos engarza en la lectura mediática; para introducimos en lo que su autor nos quiere regalar a través de su pluma fluida y directa, de aquella recordada y amarga realidad de lo que sucedió en años pasados durante la sublevación de Sendero Luminoso: matarnos entre hermanos. Relatos, llenos de explosiones contenidas, de angustias y venganzas de jóvenes policías y sediciosos; repletos de un fanatismo ideológico, inyectados, sabe Dios, de una ideología malsana fruto del adoctrinamiento de los líderes senderistas. El cuento EL BASURERITO, simpático y travieso relato colegial que, en el Concurso literario Nacional GARZA BLANCA LIBRO VERDE, organizado por la Municipalidad Distrital de José Gálvez, provincia de Celendín, obtuvo acertadamente el SEGUNDO PUESTO, por haber plasmado en su contexto un inolvidable recuerdo de adolescencia; diríamos mejor una travesura sana de un grupo de amigos. Recordar a través de este relato a Elmer Castillo como actor intelectual y material de esta travesura en detrimento de la cabeza calva de otro no menos carismático y agudo personaje el de Don Quirino Araujo, bajo la autoinculpación del amigo noble y disciplinado Gustavo Aliaga Díaz o escuchar contritos los sanos consejos del guía y maestro ejemplar Quintanilla Candía, Director del Centro Educativo San José donde se forjaron estos jóvenes, hoy destacados intelectuales. Al leer el relato MAMÁ ROSA quiero expresar mi respeto y admiración profunda a esta ejemplar mujer, madre sucrense, que con la bondad de María, nuestra madre; lo he visto siempre en su hogar brindar a raudales: amor y ternura a un sin número de personas de toda clase social, especialmente a los más necesitados, a los menesterosos y mendigos. Dios te bendiga Rosa de Castillo. Así por el estilo, amigo lector, encontrarás en los nueve relatos de este naciente libro LIRCAY Y OTROS CUENTOS, el encanto para leerlos de un solo tirón. Queda pues, en vuestras manos, este nuevo aporte cultural; para que con tu intelecto hagas tu acertada interpretación personal. Elmer, sigue todos los días de tu vida junto a tu inseparable compañero, el cigarro encendido entre dedos, para prender la chispa inspirativa de tu castillo, iluminando nuestras vidas, de solaz esparcimiento, todos los años venideros y los 15 de mayos eternos. Sucre, Cajamarca, Perú, diciembre 2014. Gutemberg Aliaga Zegarra |
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INTRODUCCIÓN El poemario Sinfonía para la mujer del campo es una forma de expresar y comunicar las ideas, pensamientos y emociones que, muchas veces, la palabra habitual no permite expresar a los demás. Describe cosas simples, reales y sencillas de la vida cotidiana de mujeres campesinas; sus quehaceres y costumbres. Son imágenes naturales no posadas, que reflejan la experiencia humana. Es poder hablar con corazón y sentimiento. Es cantar himnos para homenajear a la Mujer Emprendedora en su diario trajinar. Es admirar a la Naturaleza, a nuestra cultura y antepasados, por sus costumbres, por sus saberes y autoridad. Y nada... ¡nada hay que envidiar al mundo moderno!; porque a ese mundo le falta humanidad, valores y responsabilidad para servir al pueblo y para salvar la vida del planeta. |
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Es poder expresar los recuerdos de mi infancia (aunque, a muchos, risa pueda suscitar), por haber tenido la oportunidad de vivir en dos mundos: el del campo y la ciudad, en el siglo pasado y el actual. Es pretender hacer de la poesía una herramienta educativa para rescatar las buenas costumbres, valorar la Naturaleza, fortificar tu corazón, desplegar tu imaginación, generar el autocuidado de la salud física y mental, o para escribir alguna crítica constructiva. Es por ello que quisiera, cuando leas este poemario, poder recrear tu mente con verdes campos y como un lienzo pintado de colores sanadores, cual palabras de alegría, amor y paz, que renovarán energías para volver a empezar ¡Porque la salud es una hermosa melodía natural! Chiclayo, septiembre de 2015. LA AUTORA |
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Palabras preliminares Hace quince años visité Balsabamba y quedé maravillado. En realidad era un paraíso. A veces la poesía se queda corta para describir con versos la vida en el bosque, esa vida que danza al ritmo del viento en complicidad con la lluvia. Hace dos años regresé y lo único que encontré fue ceniza y carbón. Aquel paraíso había sido consumido por el fuego. El incendio fue provocado por el hombre en un acto de estupidez suprema. Todos los animales y las plantas perecieron. Hoy, las nuevas generaciones, crecen sin conocer a las pavas de monte ni mucho menos a los tigrillos. Nunca han visto crecer a la chonta ni han oído conversar a los sauces con el viento. Jamás han apreciado la música que se desparrama en los riachuelos. Sus vidas están huérfanas del aroma, del color y de la piel del bosque. |
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Pero no todo está perdido: Benito Vena’o corre por nuestras venas con su canto de esperanza; en sus ojos juguetones brilla Balsabamba y espera que algún día los seres humanos entendamos que todos somos hijos de la tierra y nos necesitamos para vivir y ser felices. El autor |
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Prólogo Un día y otro día, una pregunta amiga y un planteamiento, así surgió la amistad en la laguna artificial del centro experimental de la victoria para pescar carpas y casi desnudos a mano limpia o con la red. Otro día estando ya en México me acorde del Dr. Edgardo Sánchez y busque en la ciudad de México, el lugar apropiado para buscar el árbol genealógico de los Sánchez; años después me dio mucha pena, cuando se celebró la bodas de oro de la Universidad Nacional de Cajamarca y yo esperaba encontrar al Dr. Edgardo Sánchez pero no estuvo, ya después en otros días estando en un grupo de aficionados al fulbito nos hizo probara casi todos los jugadores en su respectivo vaso, un refresco muy agradable de sabor dulce y fresco, nos invitó ese día el jugo fresco de Agabe, era el Dr. Edgardo Sánchez el que siempre estuvo en esas tareas. |
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Otro día mucho tiempo después en el laboratorio de biología de reproducción artificial de plantas, me visito el Doctor para hacerme el planteamiento de que si podría ser el presentador de su libro titulado plantas medicinales de la región Cajamarca, no pude negarme siempre y cuando me hiciera conocer el contenido total de su libro. Y así se hizo días posteriores, ahora con mucho agrado estamos presentando este prólogo que lleva entre sus hojas también el mensaje del doctor José del Carmen Goicochea Vásquez. Agradezco muy especialmente al Dr. Edgardo Sánchez Zevallos, por su gentil referencia para ser yo el que presente este su libro y que lleva el prólogo firmado de mi puño y letra. Este es el libro que invito a todos los presentes para que loa adquieran y nos hagan conocer sus virtudes o sus fallas. Ingeniero Manuel Malpica Rodríguez. |
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El presente cuento, está dirigido a niños, niñas, jóvenes y señoritas, madres y padres de familia, donde encontraran el placer de leer y su imaginación volará con cada uno de los capítulos que se presentan y cada una de las acciones de los actores, pese a que los acontecimientos señalizan en las lejanas tierras de doña Feli, que se encuentran en el hermoso distrito de Chetilla, y su mano derecha o de confianza (JACINTA) tiene que seguirla para descubrir el misterio de su amada. Para la creación del presente cuento se ha tenido que recurrir a algunos comentarios, tradiciones y algunos mensajes o pasajes de los moradores del distrito, con la finalidad de dar forma a este cuento y tener que imaginar, volar por los hermosos paisajes, crear |
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pasajes con la finalidad de hacerlo más espectacular y que nuestros lectores se encuentren totalmente concentrados. Todo esto dirigido a practicar las buenas costumbres y los buenos hábitos, así como seguir practicando los valores en nuestro distrito. Como es sabido que en este distrito se practica la minga en las siembras, cosechas, construcción de sus casas, limpia de canales y otras actividades que va a contribuir con el desarrollo de las familias y la comunidad en general y con la finalidad de seguir contribuyendo con el desarrollo del hermoso y mágico pueblo de Chetilla presentamos el siguiente cuento. PRESENTACIÓN He aquí el cuento “Doña Feliciana Cueva” del galardonado escritor Cajamarquino, cuyo autor es mi amigo, el Profesor Luis Alberto Vásquez Medina. El cuento abunda en la descripción y en el adecuado de imágenes. Tiempo y espacio discurren discretamente, mientras, que Luis nos presenta a doña Feliciana Cueva, la protagonista de este cuento, como un personaje nacido del silencio, del amor a esa linda tierra del distrito de Chetilla, donde la aventura parece posarse en doña “Feli” como un zarpazo que brota de la misma naturaleza de donde suceden los hechos: cielo y campo, azul y amanecer, como un canto de ternura de la tradición campesina, donde doña Feliciana Cueva asume roles distintos y es al mismo tiempo una función: la de introducirnos a ese mágico mundo de lo real y a la vez maravillosos que son los relatos andinos. Si el presente cuento está lleno de candor no solo por su naturaleza sino también por la intención innata del autor, la de ser un pintor rupestre con el adjetivo y la adecuada presencia de los hechos sorprendentes a los que alude en este cuento. Es así como nacen los sueños, es así como se amalgama un suspiro de aliento Literario en nuestra Cajamarca, cuando doña Feliciana Cueva representa lo que tiene dormido el hombre del campo, que en su mañana busca una nueva historia, un nuevo camino para aspirar a ser de nuevo un hombre libre, de verdad. Nuestro saludo y por ende Felicitación a Luis, ya que como orfebre literario nos presenta dicho relato para nuestra satisfacción y goce. |
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PRESENTACIÓN Es RARO ESTE SENTIMIENTO DE AMOR POR EL COLEGIO, aumenta más a medida que pasa el tiempo. Con los años, esta multitud estudiosa se ha convertido en la Gran Hermandad Sanramonina. Consciente de lo que significa el Glorioso Colegio San Ramón en nuestras vidas, y consecuentemente en el pueblo de Cajamarca, he sentido el compromiso de escribir estas páginas, que es parte del testimonio de los más inolvidables momentos que vivimos en nuestras sagradas aulas y que, al paso del tiempo, se transformaron en dulces y gratos recuerdos, llenos de añoranzas al ver recorrer en nuestras mentes a hermanos sanramoninos que fueron actores y participes de nuestras aventurillas y de los más caros momentos compartidos en nuestro trajinar por la vida escolar. |
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He creído, sin temor a equivocarme, que una de las formas de rendir homenaje a tan insigne institución educativa, es trayendo a la memoria estas semblanzas imborrable s vividas, que, luego de ponerle alas, regresaran de aquellos viejos parajes olvidados del tiempo, como golondrinas, a hacer sus nidos en las cumbreras de este anecdotario y, a la vez, entregarlos para compartir los años de nuestros fraternales claustros. He querido hacer de estas páginas un crisol donde forjemos la reconstrucción del pasado para salvarlo del olvido; no están todas las que se merecen, lógicamente, habrán mejores, muchas de ellas la memoria impía las ha liquidado; otras habrán sido esquivas a mi búsqueda. Con las encontradas y recogidas en el camino, he tratado de recuperar algunas etapas de la vida colegial. Mil disculpas a los profesores y compañeros, que mereciéndolo, no están incluidos en este proyecto, quizás las circunstancias y la aspereza para seguir su rastro, han sido perversas con mi esfuerzo. Este anecdotario, es un homenaje a la amistad que nos unió y nos seguirá uniendo a toda esta familia, tratando de juntar nuestros recuerdos, de manera que todos los compañeros nos identifiquemos con un solo vibrar del corazón sanramonino, cuando henchidos de emoción entonemos nuestras sagradas notas: No olvidar, no olvidar, San Ramón ... El autor. PRÓLOGO MANUEL ALCALDE PALOMINO, EX ALUMNO del glorioso e histórico Colegio Nacional San Ramón de Cajamarca, integrante de la Promoción 1975, «Javier Heraud», entrega esta vez a los lectores el libro de su autoría titulado No olvidar, no olvidar San Ramón, lema inmarcesible que brota con honda emoción cada vez que nuestra voz entona con fervor la dulce y estremecedora melodía del himno institucional. Acercándose paso a paso al bicentenario de su larga y fecunda existencia, San Ramón sigue siendo el símbolo de la fraternidad estudiantil, del recuerdo y la añoranza, de las experiencias juveniles, cuna de figuras paradigmáticas en el heroísmo, el arte, la ciencia, la educación, la filosofía, la historia, la literatura, etc. Su grandeza es timbre de orgullo para quienes fueron albergados en sus aulas. En sus claustros han quedado huellas imborrables que perduran en la memoria de sus egresados. Aquellas intensas vivencias de fraterna interrelación humana durante la juventud se evocan a veces con alegría ya veces con tristeza, pero siempre con un noble sentimiento: la gratitud; porque sin duda la gratitud es la memoria del corazón. Motivado por la añoranza y el cariño a su colegio, Manuel Alcalde Palomino nos ofrece su libro ¡No olvidar... no olvidar. .. San Ramón!
La obra en mención está constituida por un conjunto de anécdotas protagonizadas por estudiantes pertenecientes a algunas promociones sanramoninas. ¿Qué es la anécdota? Es un relato corto que refiere un incidente interesante o entretenido; es una narración breve de un suceso curioso, de algo que le ha sucedido o se supone le haya pasado a alguien. Aunque a veces sean humorísticas, las anécdotas no son chistes, pues su propósito fundamental no es simplemente provocar excitación, sino expresar una realidad más que el cuento corto por sí mismo, o, en otros casos, dar forma a rasgos particulares de un personaje o institución. Una de las maneras de no olvidar a ciertas personas o sucesos es acudir a la anécdota. En ella revive el acontecimiento, el hombre común o el personaje famoso. La anécdota pinta en breves pinceladas una situación, el carácter, la idiosincrasia, el talento, la ingenuidad o la picardía de tal o cual personaje. Si bien es cierto la anécdota es narrada generalmente en forma oral, también puede plasmarse a través de la palabra escrita. En ambas formas -para no perder su esencia- , debe mantenerse el toque de frescura y espontaneidad, el humor y la gracia, la vibración emocional. La anécdota es narrada desde dentro, poniendo vida y corazón en ella para que sea verdaderamente expresiva. El anecdotario de Manuel Alcalde Palomino se orienta en esa línea. Presenta en su estructura anécdotas narradas por él mismo o contadas por integrantes de diversas promociones; y concluye con algunas semblanzas, testimonios y meditaciones de ilustres profesores sanramoninos. Manuel Alcalde Palomino, con su simpático e interesante anecdotario, abre la puerta del recuerdo para reingresar al recinto emblemático donde ha quedado grabado el espíritu de tantas generaciones juveniles. Es así como ratifica su entrañable cariño a San Ramón, y motiva la imperecedera identificación con su alma mater, el claustro donde se forjaron y siguen forjándose los sueños y utopías de los jóvenes sanramoninos, inspirados en el mensaje celeste de la tradición gloriosa, vida fecunda, vínculo de fraternidad. Saludamos la aparición de esta obra, agradecemos y felicitamos a su autor por permitimos, mediante sus páginas, el reencuentro con los jirones de vida que no volverán, pero que nunca se olvidarán. Luzmán Salas Salas. ---------------------- N.R.: Expreso mi sincero agradecimiento al Ing. Manuel Alcalde Palomino por su amable gentileza en obsequiarnos un ejemplar de libro "No olvidar... No olvidar... San Ramón". |
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PRESENTACIÓN He regresado después de muchos años a rebuscarme en mis recuerdos, en que, siendo niño aún, corría en mi barrio con un grupo de traviesos chiquillos a mojamos en las tardes soleadas de carnaval. A reencontrarme más joven ya, con las unshas, los corsos y jaranas de aquellas noches de coplas, serpentinas y alegría, a pedir chicha, en busca del carnaval. Y en este recorrido, he vuelto a vivir las costumbres y estampas más hermosas de ese tiempo, vi a personajes que instalaron las bases, también a vecinos de a pie, que pusieron el hombro y sudaron noche tras noche, armando los carros alegóricos, inspirándose en coplas y en diferentes motivos, para confeccionar sus disfraces de patrullas, cocinando la chicha, defendiendo la supremacía del barrio, quizás en excesos, para construir la grandeza de esta fiesta. Acciones que han alimentado el cariño por nuestro carnaval cajamarqumo. |
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Lejos del presente, he conversado con la abuela; hemos tratado de recoger del camino, aquellas viejas coplas, las más simbólicas y recordadas, que por ser hermosas, valientemente se han resistido a los rigores del tiempo; versos que descansan en la línea que divide la belleza del pasado, la obsolencia, con el olvido del presente, versos que ayudaron a encontrar en cada inspiración popular, noches de sana amistad y diversión o una vida compartida con la conquista de un amor. En todo caso, coplas que hicieron cantar y bailar de alegría a todo un pueblo, y que insistentemente quieren ser desplazadas por cantos foráneos, j>ero heroicamente se han mantenido de pie, en espera de una mano amiga de salvación. En homenaje a esta terquedad, por mantenerse vigente, "Qué bonita señorita... ", primer verso de la copla emblemática de nuestro carnaval, se ha considerado como nombre de este proyecto. Hemos tratado de rescatar las celebraciones de las décadas del 70 y 80, creo, han sido los años más hermosos del carnaval, un carnaval típico, sin matices, auténtico, crudo, propio, del ande mismo, de sus provincias, distritos y lugares más alejados; donde había espacio para sus costumbres, cantos y bailes; y las coplas, la chicha, la familiaridad y amistad, eran los convidados principales y tenían un lugar privilegiado en los hogares cajamarquinos. No dudo, habrán quedado inmerecidamente varadas, algunas costumbres y nombres de vecinos que deberían de estar cómodamente instalados en estas páginas. Perdón, posiblemente no alcancé a recogerlos del camino, no llegué a tiempo, o en todo caso se han perdido en los confines del olvido. Justamente por eso, antes que la amnesia popular, arrasara con los últimos vestigios y huellas de nuestras viejas costumbres, he arrancado estas memorias secuestradas por el tiempo, estoy seguro que al terminar esúbtravesía, admirarán la belleza de estas pinceladas carnavaleras que cimentaron nuestros abuelos o en todo caso, seguramente removerán los rincones más ocultos de sus sentimientos, al confirmar que así fueron los años más hermosos del Carnaval Cajamarquino. El autor. PRÓLOGO Es un honor muy especial que me confiere Manuel Alcalde Palomino, escritor y poeta cajamarquino, al permitirme prologar su último libro, alusivo al carnaval de nuestro pueblo. Él, desde una óptica distinta, hace un enfoque retrospectivo de la fiesta más popular y participativa de Cajamarca. Acerca de ella, se han hecho importantísimos estudios que se refieren, fundamentalmente, al aspecto lingüístico y literario de sus coplas, siendo los más valiosos, los que han realizado destacados intelectuales, como: Roger Rabines Sánchez, Manuel Ibáñez Rosazza, Rogelio Chávez Guarníz con Alexis Chávez Sánchez y, César Alipio Paredes Canto, distinguido maestro cajamarquino, muy querendón de la tierra que 10 vio nacer, de sus costumbres y de sus manifestaciones culturales. En este nuevo libro, Manuel Alcalde Palomino nos entrega un mensaje que difiere de los anteriores, porque enfoca el tema desde otra perspectiva. Después de un largo y minucioso trabajo de investigación, nos presenta muchos aspectos desconocidos del carnaval de antaño: su gestación, su historia, sus costumbres, las anécdotas vividas a través de estos años, los personajes que hicieron posible que esta fiesta cajamarquina sea admirada en todo el país y en el mundo. Tal como nos refiere en una de sus páginas, desde muy niño -en el ambiente familiar y amical- bebió la alegría de la fiesta, la picardía y travesura de sus coplas y el sabor incomparable de la comida cajamarquina, acompañada de la espumante chicha, herencia de nuestros antepasados. Con amor y con nostalgia evoca la grandeza del carnaval de antaño, que era la auténtica expresión del espíritu de nuestro pueblo. A través de su lectura podemos advertir la añoranza que siente por aquella fiesta tan fraternal, tan espontánea, igualitaria y participativa. Efectivamente, el carnaval de aquellos tiempos unía a los cajamarquinos, sin distinción de clases, edades, tamaños y colores. Se olvidaban los rencores, las rencillas pasadas y, todo el mundo se divertía cantando y bailando las hermosas coplas, con el acompañamiento de guitarras, rondines, acordeones, tamboras o cajas de maguey. Tal como dice el autor, la rica chicha de jora o de maní era la bebida emblemática e infaltable del carnaval cajamarquino. Cómo no recordar aquellos viejos tiempos en que, los hogares cajamarquinos se preparaban, con anticipación, almacenando víveres y otros productos, para recibir a los familiares, amigos, visitantes y carnavaleros, en general. Indudablemente, los tiempos cambian. La situación de Cajamarca era diferente, la ciudad no era tan grande, no existía la inseguridad que existe ahora y, económicamente, la gente no vivía las estrecheces que pasamos en estos tiempos; pero, de todas maneras, el carnaval de hoy difiere -sustancialmente- del carnaval de aquellos años. Manuel tiene mucha razón cuando afirma que, "nuestro auténtico carnaval se está muriendo... ". Se ha perdido el espíritu fraternal y hospitalario del pueblo cajamarquino, sus costumbres, la alegría sana y desbordante y, además, ya no existe el ingenio creativo que -en forma intempestiva- afloraba a través de sus coplas, las que eran interpretadas, a pecho abierto, por improvisados cantantes -hombres y mujeres- con el acompañamiento de una infaltable guitarra, afinada -para estas circunstancias- con el melodioso y sugestivo temple "Galindo", que insinuaba la tonalidad y la línea melódica del carnaval cajamarquino. Lamentablemente, esta afinación tan hermosa, propia de nuestro carnaval, ya no se la usa, ojalá podamos rescatarla. Otro gran acierto de Manuel Alcalde es reconocer la valía, el trabajo tesonero, la entrega desinteresada y el amor por la tierra, de distinguidos personajes cajamarquinos que dieron los mejores años de su existencia, por el desarrollo y engrandecimiento de la fiesta más popular de Cajamarca, el carnaval. Menciona, además, el papel protagónico que cumplieron algunas autoridades, como el exalcalde Adolfo Amorín Bueno y los concejales de ese entonces, Víctor Campos Ríos y funcionarios públicos como Fernando Serván Rocha, el profesor Andrés Zevallos de la Puente y otros. También, hace un justo reconocimiento de aquellos personajes legendarios que integraban las patrullas y comparsas de los barrios más tradicionales de nuestra ciudad: San Sebastián, San Pedro, San José, Cumbe Mayo y La Merced. Por otra parte, enaltece el fecundo trabajo de los cultores más destacados de la música de carnaval. Él es consciente de la labor encomiable realizada por estos personajes cajamarquinos, que han difundido nuestro acervo folc1órico por todos los rincones del Perú. Finalmente, podemos decir que, el autor de este libro, cautivado por la belleza de la mujer cajamarquina, le rinde pleitesía y la manifiesta -categóricamente- con el título que lleva esta obra, ¡Qué bonita señorita!.., verso introductorio de una linda copla de carnaval. Esta admiración se hace más intensa cuando se refiere, específicamente, a las hermosas reinas elegidas -todos los años- en las fiestas carnestolendas. Guillermo Salazar Pajares. ---------------------- N.R.: Expreso mi sincero agradecimiento al Ing. Manuel Alcalde Palomino por su amable gentileza en obsequiarnos un ejemplar de libro "Qué bonita señorita... ". |
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Presentación ¿Quién no conoce el amor? Todos hemos sentido su llama viva, su impetuoso fuego, la pasión y prisión, libertad y luz que nos otorga el enamoramiento; pero pocos son los afortunados que saben expresarlo adecuadamente, aquellos que aciertan a elegir las palabras que hacen transcender nuestros sentimientos a universales y que no dudaríamos en poner en nuestros labios para declarar nuestro amor. Esos elegidos son los poetas, que con su especialísimo prisma de las emociones nos regalan versos que inmediatamente se convierten en la palabra que buscábamos, en la fórmula justa que define el color de esos ojos, el olor exacto de la ausencia, el placer de amar y sentirse correspondido o el conjuro de un “te quiero”. |
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La poesía, es un género literario considerado como una manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa. Los versos amatorios más actuales de los poetas de hoy en día, describen sus emociones sobre la vida real descrita por hombres y mujeres contemporáneos; porque aunque el amor es el sentimiento eterno por antonomasia, los usos y costumbres o las formas de expresión difieren en cada época. En Coloquios y querellas con un Ángel terrenal, el poeta da vida a los suspiros, a las palabras seductoras, a los apasionados encuentros y tatuajes de piel.
He visto cabalgar al viento en el horizonte más lejano, abrazando a una nueva montaña recién dibujada y tú eras la brisa que envolvía todo mi etéreo universo. (Tu primer pecado) A pesar de todas las peculiaridades de esta poesía amorosa, que la diferencian de otros libros de poesía romántica en forma y en intensión, el tema del amor y el erotismo, sin duda se encuentran a lo largo del todo el texto, dando como resultado un cuerpo lírico de particularidades, sentimientos y vivencias, que proyectan ilusión, nostalgia, fragancia, llanto, pasión, clímax, sensualidad, susurro, músculo y sensaciones extrañas.
Tatuar tu cuerpo con mis besos, mis mustias caricias saber que el destino no estuvo equivocado al cruzar nuestros caminos (Entrega celestial)
El clímax apareció repentino y sensato en el momento menos indicado, momento que quedó tatuado en nuestra piel, tenerte en mis brazos, saber que eres mía, sentir tus labios en los míos… (Temblando el momento)
En este poemario el personaje quiere tener un acercamiento hacia el exilio en que se encuentra su amada, a tal grado de que tiene la necesidad de sentirse querido y apoyar en su orfandad al ser que tanto amó.
Si pudiera estar a tu lado en cada momento de tus pesares y frustraciones que te acurrucan en el éxtasis del olvido, si pudiera hacerte entender que no hay más hermoso que el sentirse querido, si pudiera hacerte entender que quiero ser tu brazo derecho y tu apoyo en toda jornada de desgracia y llantos conspicuos (Si pudiera)
A él no le importa estar distraído, porque sabe que es por ella. Se encuentra completamente a sus pies; desea marearse en el dulce aliento de su boca y aferrarse a sus ojos que proyectan una profunda pasión, porque ella se adentró en él y en un grito etéreo exclama:
Donde el orgullo queda sepultado porque el amor no es una guerra, sino es la lucha de dos, para amarnos. (Tu amor mi edén)
Jim J. Villena Velásquez, en su poemario se estaciona en el tiempo sin importarle qué palabras salgan de su boca y su alma se aferra a un amor que aún crece en los caminos.
Si el querer y el amor son sentimientos, agradezco al hacedor por cruzarte en mi camino para sentir y demostrarte todo lo que siento, solo tú eres en otoño mi viento, mi sentir, mi despedida cortada, espero por ti con mi corazón susurrante, con mi amor creciente en los caminos... Menguantes. (Recuerdo grato)
Solo viví oscilando el vaivén de mis años, rumiando mi futuro, y luego todo trascendió mi forma de pensar, tu pensamiento y nos dimos cuenta que tocamos nuestra esencia (Sin ser yo) En muchos poemas el autor menciona que aún sigue enamorado de la que en algún momento fue su romance, y recuerda esos momentos que en aquellos días fueron muy especiales para los dos. Y le pide a su ahora amiga que se quede con esos bellos momentos. Dame, una sonrisa para no llorar. Dame, una frase para exclamar. Dame, un motivo para deslumbrar. Dame tu querer para inmortalizar los dulces abrazos y los te quiero al susurrar, dame más motivos para no exhalar la poca fe que me queda para tratar... De olvidar. (Dame)
Él se siente incomprendido y le reclama al mundo que sea más condescendiente con su amor, con su pesar. El mundo es cruel, no le importa los suspiros, no le importa los recuerdos que evoco cada vez que te divisoen el horizonte de mi alma que se escapó como señales de humo... En el eterno anhelo. (Pobre vida) Jim J. Villena Velásquez es un enamorado de la vida, de la palabra, reitera sus angustias, sus sentimientos, como una especie de catarsis, como un viento huracanado en donde el amor arde en las arterias, en el recuerdo, en el sufrimiento, en la distancia y en el silencio.
déjame trinar con tu suave candidez estas ganas que tengo de amarte en exceso, déjame sollozar la fragancia y el éxtasis de tu aliento, porque quizás desnude el tino y broten mis pensamientos que celosamente guardan mis recuerdos. (Déjame) Así es el amor, poesía, conquista, reclamo, atadura, consternación, motivo, crecimiento y gloria. Dejo a consideración del público lector estos poemas de Coloquios y Querellas con un Ángel Terrenal de Jim J. Villena Velásquez, para que sean ellos que den al autor sus mejores sugerencias, puntos de vista o crítica adecuada para que siga bregando en el hermoso arte de la poesía, mucha suerte al poeta en este recorrido.
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Presentación A menudo nos complace encontrar, entre colegas ingenieros, a personas que van más allá de nuestro oficio y se desenvuelven con la misma eficacia en el arte de las letras como en los números. Nuestro Colegio se ha distinguido por apoyar las artes, la literatura y la cultura en general, y por ello no debe extrañarnos que esta vez nos toque presentar este libro de poesía, en versión castellana y en italiano, 9 Nueves, del ingeniero Fransiles Gallardo, quien desde hace décadas nos regalas libros de narrativa y poesía de impecable factura, y que retrata el espíritu humanista que muchos ingenieros llevamos dentro. Saludamos la aparición de este libro como se recibe a un nuevo hijo: con alegría, con el convencimiento de que otros hijos vendrán, y con la seguridad que este Colegio -del que nos sentimos orgullosos- sabe recibir con los brazos abiertos el |
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talento literario de sus miembros, por lo que felicitamos al Ing. Fransiles Gallardo y le deseamos muchos éxitos y muchos libros más. Ing. Oscar Rafael Anyosa Decano del Consejo Departamental de Lima CIP. ------------------------- N.R.: Un agradecimiento especial al Ing. Fransiles Gallardo por esa gentileza que siempre le caracteriza, me hizo llegar seis [06] ejemplares de su 9 nueves, uno para CaSu y los otros cinco les entregué, en forma personal, a sus colegas poetas y escritores que mencionaba en su correo. |
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PRÓLOGO Mucho antes de que el pueblo de los Caxamarcas fuera sometido al Imperio del Tahuantinsuyo, nada menos que a sangre y fuego por el gran Túpac Yupanqui -onceavo inca de la guerrera dinastía de los Hanan Cusco-, Pariamarca presumiblemente ya existía, tal cual lo llegaron a conocer los conquistadores españoles que arribaron a estos lares, justo al término de la guerra fratricida entre los hermanos Huáscar y Atahualpa que concluyó con el triunfo del quiteño y la muerte del cusqueño -, coyuntura de sortilegio que es hábilmente aprovechada por Francisco Pizarro para llegar hasta Cajamarca con menos de ciento cincuenta hombres, y después de una masacre indescriptible, capturarlo vivo, tenerlo como prisionero, lograr que le pague un fabuloso rescate y condenarlo a la pena del garrote. |
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Después vino la ocupación del enorme territorio del Imperio Incaico, que pudo llevarse a cabo sin mayores problemas bélicos, gracias a la ayuda de todos los nativos de estas tierras, que consideraban a Atahualpa como el usurpador, el invasor y el asesino de Huáscar, legítimo sucesor de Huayna Cápac, y gracias también a que hasta ese fatal momento, abrigaban la ingenua esperanza de que los wiracochas blancos no sólo reestructurarían aquel fabuloso reinado, al cual se sentían orgullosos de pertenecer, sino que contribuirían a hacerlo más poderoso e invencible. Pero no fue así. Los españoles se repartieron la tierra tan amada y venerada por ellos como a una diosa, convirtiendo de la noche a la mañana, a los que hasta ese momento aciago fueron sus legítimos dueños, en miserables siervos, como si hubiera sido imposible dialécticamente, saltarse el feudalismo e insertarse en el pre-capitalismo. Así es como ocurre el obligado mestizaje entre hispanos y cobrizos de esta parte de América, del cual nadie pudo librarse, tanto en la sierra como en la costa. Si existen en el Perú algunos pueblos que inmediatamente después del derrumbe incaico no experimentaron la mezcla genética que sobrevino a la conquista, esos pueden ser los de la selva, pero en esta parte del país, fue integral, completa y físicamente imposible de evitar su ocurrencia. Por ese detalle, justamente, la "retrospección" que hace el autor de este libro, a ese mundo mestizo republicano de la segunda mitad del siglo diecinueve, resulta de particular importancia, por tratarse de un vehículo que debe hacer posible poder transportarnos mediante su lectura y a través de nuestra imaginación, hacia el conocimiento de una realidad que la inexorabilidad del tiempo, se ha encargado de dejar muy atrás y, al que ya no podremos acceder si no es únicamente con la ayuda de las maravillosas y mágicas reminiscencias que Baltazar De Los Santos Álvarez ha transformado en estampas de serena belleza y de mágico colorido narrativo, lógicamente impregnados de pies a cabeza por ese su natural e incomparable amor a la tierra que vio nacer a su madre: Pariamarca. Allí es donde esta historia se inicia. De allí fluyen los paisajes naturales y culturales, así como las costumbres y tradiciones de la época y las comarcas en donde ocurren los "hechos': de allí nacen como fabulosos arco iris, los personajes que han de ir apareciendo en la narración uno detrás de otro, y allí también se originan como si fueran las dentritas de las neuronas de un cerebro extraordinario y lleno de "cajas negras': las relaciones entre los hombres y mujeres que tan hábilmente describe para nuestro deleite el autor de esta simpática y atractiva novela. Muchos de los personajes que en esta obra literaria nos ofrece Baltazar De los Santos, seguramente que están todavía "vivitos y coleando" por Pariamarca, Casagrande, Chilete, Arequipa o Lima. Algunos hasta se encontrarán hoy en día trajinando su suerte por el extranjero. Sin embargo, lo que quedará para siempre entre nosotros serán las "estampas" históricas, que alguna vez se grabaron con fuego en la memoria de largo plazo del autor; y, que ahora él nos lo ofrece tan dadivosa y generosamente para que los demás podamos conocerlas, "verlas", e incluso revivirlas. Cuando el autor trata de "pintar" para nosotros una de sus muchas "estampas", lo hace con una sencillez comparable quizás con la pluma de Francisco Izquierdo Ríos, que tuvo la maravillosa habilidad de escribir "sencillo y natural como crece la hierba...”. Baltazar, me aventuraría a decir -como sobrino y único heredero de la habilidad de narrar, del ilustre saposoino-, ha sabido cultivar aquella sencillez como algo innato y sin un atisbo de imitación. Así, cuando nos cuenta cómo crió su abuelo a su hija Julia, ala que aquel llamó siempre como "Zambita”: el autor lo hace de este modo: "La acostumbró igualmente a vestirse con pantalones y camisas tipo vaquero, además de unas botas y un "sombrero a la pedrada"; es decir, con la falda delantera del sombrero echada hacia atrás. Sobre eso, también le enseñó a silbar colocando los dedos entre los dientes y cerrando los labios para llamar a alguna persona; pero, si era para entonar una canción, le enseñó a hacerlo con el silbido simple de su boca': Hasta ahora son célebres y sui géneris las "silbadoras" de Pariamarca, que más de una vez han causado asombro al desfilar ante el heterogéneo público que llega hasta aquí con motivo de los carnavales. Sin embargo, no es de extrañar que en esa maraña de cosas simples, sencillas y naturales como la vida cotidiana, el autor haga uso de alguna figura literaria y la introduzca en la narración como algo que encaja sin ningún esfuerzo y sin mayores prolegómenos. Él nos cuenta, por ejemplo, refiriéndose a Esther o "La Zambita" que: "Se dio un baño, se cambió de ropa, echó algunas monedas en el bolsillo de su pantalón y corriendo como si se fuera montada en los lomos del viento, enrumbó a Cajamarca. Llegó a la casa de la familia Trigoso y allí le dijeron que todos viajaron la noche anterior a Lima, incluyendo a su madre. Al escuchar esto, a la atribulada Zambita le cubrió un manto de oscuridad, se sintió mareada y cayó pesadamente al suelo. Cuando despertó, frente a ella se encontraba una anciana, que era la madre de la chica que antes la hubo atendido': Algo muy particular en Baltazar es el hecho de que, a lo largo de toda su novela, hace gala del uso de diminutivos en el caso de los nombres de sus personajes. Jamás se cansa de hacerlo. Así, su abuela es Rosita, los hijos de ésta son Rodolfo, Esther, Miguel, Daniel, Julia y Fulvia, pero él se refiere a ellos como "Rodolfito, Esthercita, Miguelito, Danielito, Julita y Fulvita, como si jamás crecieran y siempre fueran niños, lo que pone en evidencia su extracción netamente cajamarquina y campesina, en donde, por costumbre, se trata a las personas que se quiere mediante diminutivos de sus nombres. Leamos en el siguiente párrafo, cómo el autor justifica la utilización de esos diminutivos:
"Derramó unas lágrimas r. me dijo: - Gracias. Gracias... ¿Qué? -Me preguntó-, -¿Cómo qué? -Le dije-. - Es que no sé tu nombre -me dijo con cierta familiaridad secándose las lágrimas con el dorso de una de sus manos. - Me llamo Baltazar-le respondí-, pero, mi mamá y mis tíos me dicen Balta. -¿Balta? -dijo, y se quedó pensativa por un instante. - ¿Qué pasa? -le pregunté de inmediato- - Nada Baltucho, yo te llamaré Baltucho, ¿te gusta? -Me da igual-le contesté - Es que decirte Balta, lo noto muy tosco, muy seco, como un almuerzo solo con arroz; en cambio Baltucho está bien, está mejor y lo siento más en confianza, me hace sentirme más amiga tuya. - Está bien... ¿y tú cómo te llamas? -Le interrogué- - Lola, -me dijo soltando una carcajada limpia, serena y franca-, - Bueno, yo no te llamaré Lola, sino Lolita, ¿Te parece? - Me haces sentir una niñita pequeña -dijo, suspirando-, - Yo también noto que decirte Lola a secas es muy fuerte, como una roca, pero decirte Lolita me hace sentir como si fueras un familiar. Tengo una hermana que se llama Graciela, le dicen Chela, pero yo le digo Chelita. Desde otra perspectiva de análisis, la descripción de los escenarios" donde transcurre la vida" en esta novela, corresponden estrictamente a la realidad. Pariamarca existe, tanto como existieron en esa época y hasta la fecha, Cajamarca, Chile te o Casagrande. Obviamente en la actualidad, con una cara diferente a la que tuvieron en aquel tiempo. Existía igualmente en ese lapso de nuestra historia republicana, la costumbre especialmente de los varones, de ir a trabajar a Casagrande, en las labores de siembra, cultivo, corta y beneficio de la caña de azúcar, así como la de "bajar" a lomo de bestia o trepados en las barandas de los camiones hasta Chilete para vender allí sus productos de pan llevar. Y esta costumbre era parte natural de la vida cotidiana de los pariamarquinos, tanto como de los jesusanos y de toda la población rural de Cajamarca. Yo creo que, será mucho mejor que usted, querido lector, constate por sí mismo, lo que Baltazar De Los Santos Álvarez nos quiere contar a través de este entretenido relato, qué considero está fundamentalmente basado en su propia biografía. Pero... verifíquelo usted mismo. Cajamarca, junio de 2015. Wilson Izquierdo González Escritor. Correo del autor: Baltazar S. De los Sántos Álvarez baltazarsantiago1604@gmail.com ---------------------- N.R.: Mi agradecimiento especial al amigo Baltazar S. De los Santos Álvarez por su gentileza en obsequiarme un ejemplar de su libro: Entre el Crisol y el Rocío. Juan C. Paredes Azañero |
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A manera de Prólogo Amiga, es un excelente poemario del escritor tembladerino, Percy Rojas Palomino, donde la pluma de la inspiración vuela ágil, con derroche de anunciada libertad, sorteando los diversos mundos del romanticismo, deleitándonos con su verso libre, lleno de musicalidad, amor, alegría, erotismo y nostalgia. En esta producción el poeta crea su propio estilo, donde sus versos fluyen fácil, como fácil descienden las aguas de un río a través de la pendiente; fácil emerge su creación sin el forzado formulismo, sin tener en cuenta métrica y rima, pero sin perder la belleza y el encanto de este bello arte llamado poesía, donde nos relata sus experiencias ron bellas expresiones... inspiradas siempre en el amor y la belleza de la mujer amada, esa mujer que idealizamos todos y que |
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para el poeta ha sido el eje principal, donde gira el universo multicolor de su inspiración. “No ha sido fácil navegar en azules navíos, sobre aguas turbulentas- que nacen en la cordillera de tus besos, y mueren en el océano de tu virginal mirada."
Es admirable el estilo de este joven poeta, que con su multifacético sentir nos regala la diversidad de sus temas, donde se dirige a la amiga, endiosando a la mujer, a esa inseparable musa que siempre lo guía por los floridos campos de la inspiración y que hace brotar los versos más sentidos en los diferentes estados de ánimo, haciendo de su poesía, una producción muy humana; en muchos de sus versos, aparte del acostumbrado motivo del amor, desborda el erotismo, pero digamos ese erotismo, diáfano, respetuoso, educado; donde sabe muy bien expresar con un arte perfecto, sin llegar a lo vulgar o a lo obsceno, sin causar escándalo en el lector austero y cucufato.
"Mirada angelical, primer verso entre líneas primaverales... belleza inmortal, mis besos entre humedecidos manantiales ..."
Para el poeta Percy Rojas, es muy fácil expresar sus diferentes estados de ánimo, para él es tan fácil transportarse de un mundo a otro, tal es así que puede estar viviendo en el mundo del desencanto y la pena; como fácil puede expresar los sentimientos de la alegría de vivir y gozar de la hermosura que nos brinda el mundo exterior, expresando siempre con mucha belleza la simplicidad de las cosas, esta maestría y sencillez es lo que coloca a su poesía al alcance y satisfacción del novato, encantando también al más remilgado lector.
"Que la belleza más pura en primavera se recrea y que la fruta' madura exquisita se paladea."
Como todo amante, como todo poeta romántico rinde homenaje a la mujer querida, a la mujer soñada; pero es su estilo, el que cautiva al lector, esa forma sencilla y esa sabiduría extrema de expresión fácil, sencilla, sin pecar en la utilización de vocablos rebuscados, para llegar muy fácilmente a la construcción de los más bellos versos que engalanan todo el recorrido de su poesía.
"Quiero ser de tus sueños el guardián sin salario, ser de tus primaveras el floricultor sin horario, ser de tus desvelos el ángel de tus ensueños, de tu candoroso amor siempre el primero."
El Principal de sus aspectos y el que caracteriza todo el contenido de su amena poesía- es el romanticismo, el desborde de sus sentimientos por la mujer querida, aunque en este poemario le llame amiga, sabido es que los hombres buscan en la mujer amada, aquella que haga las veces de amiga, confidente, esposa y amante, por tales circunstancias aunque hayan muchísimos nombres en esta producción, todo se resume en homenaje a través del canto a la amada, a esa diosa que idealizamos todos y que el creador en su sabia decisión quiso llamarla mujer.
"iNo es así! Con la venia de todas y porque así la desearon, escribí pensando en ellas los más humanos versos, y si piensas que jamás me amaron pues para fortuna mía, aún conservo la esencia de sus besos"
Percy Rojas Palomino es portador de esa rebeldía congénita, que le lleva a tratar de reivindicar el legado de sus ancestros, buscando su propia identidad, por lo que el mismo se hace l/amar "EI cantor de los Cupisnique" y es esa rebeldía, esa impostergable libertad la que expresa a través de su poesía. Al tratar de analizar el contenido de su producción, encontramos ese espíritu rebelde, indomable, que a pesar de amar tanto, a pesar de la entrega por el amor a la mujer querida, le molesta la monotonía, la esclavitud, y se revela reclamando su libertad, esa libertad que tiene un ave canora y que deleita con su canto a todo el mundo revoloteando de rama en rama; así es el alma de este trovador empedernido que nos muestra la melodía de sus versos con la sola libertad y placer que le proporciona el canto .
... ''Y tú ¿qué quieres?, ¿qué ame a tu manera? ¿Qué pulverice el historial de las que hicieron mi verso?, ¿Qué vacíe mi ser?, ¿qué me olvide quién soy?, ¿qué calle? ¿Qué simplemente sea lo que tú quieres que yo sea? ¿Qué ame a tu manera?, ¿qué olvide mi pasado? ¿Qué ahuyente a cuan mujer se acerque a mi lado?...
iNo esperes decisión absurda! ... ¿no querrás que muera?"
En 'Versos para Verónica" nos vuelve a deleitar con esa musicalidad encantadora que posee su poesía, cuando trata de expresar los más puros sentimientos a la musa de turno, en este caso personalizado en Verónica, a quien con la lira del amor compone las más bellas expresiones
Como la ola que llega danzando a la orilla, yo, llegaré rimando hasta tu mirada. Daría todo, hasta una de mis costillas, como Adán lo hizo para crear a Eva.
Esta sencilla colección de poemas, es una perfecta declaración" amorosa donde se expresa los más bellos ideales, donde se construyen los más hermosos sueños para compartir/os con la mujer amada. En esta colección bastaron tan solo nueve poemas para expresar todos los sentimientos del autor, tal vez por la premura del tiempo no se hizo una extensa producción; pero fue suficiente para que estos versos vayan impregnados de una belleza poética única en su estilo y sin temor a dudas de mucha sinceridad.
iSe siente! iSe ama! Se construyen primaveras sin importar el tiempo estacional, y se ama de mil maneras en este paraíso terrenal.
Con la lectura completa de "Versos para Verónica" podemos entender la historia del gran amor que el autor sentía .por esta musa y que por cosas del destino tuvo que truncarse, dejando como siempre los lamentos de la decepción y el abandono; pero que aun así no quitan armonía y belleza a sus composiciones, leyendo su propia presentación podemos damos cuenta que esta es la narración de su propia odisea, de aquella que todo enamorado es capaz de realizar, tan solo por unirse a la hembra deseada.
Mi afán por conquistarte es infinito. El amarte libremente en mis espacios enaltece la voluntad de mis anhelos. Los días por más sombríos que se tornen siempre habrá rayo vivo que hacía ti me guía.
Siempre se ha dicho que la fe mueve montañas; pero el amor sincero a una mujer es capaz de mover legiones, conquistar imperios, realizar las más increíbles aventuras -Y así nos lo demuestra Percy Rojas al realizar este poemario; como él mismo nos cuenta, fue en tiempo record, acosado por la desesperación, luchando con el tiempo, con el único propósito de complacer a la mujer querida, con el más claro presente de un amor que prácticamente fenecía con la llegada de un adiós anunciado.
A ti, que ni con el mínimo aliento lastimaré, deja que palpe por vez primera tu silueta, a ti, que con ansias toda la vida esperé no permitas que todos nuestros sueños se despidan empacadas en viejas maletas.
Aprovechemos para deleitamos de ese canto natural y espontáneo, que en su poesía nos brinda Percy Rojas Palomino, y que muchos veces es mejor que tratar de averiguar porque lo hace, que es muy parecido o averiguar por qué canto un chisco o un jilguero, deleitémonos con lo melodía de sus composiciones, en el peregrinaje mágico o través de los diferentes mundos que nos trasporto en lo lectura sus versos. Luis Flores Mostacero Poeta Peruano Correo del autor: Nolish Percy Rojas Palomino noperperu@hotmail.com
N.R.: Mi profundo agradecimiento al amigo Nolish Percy Rojas Palomino por su deferencia en obsequiarme un ejemplar de su libro: Amiga y versos para Verónica. Juan C. Paredes Azañero |
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INTRODUCCIÓN En el camino del Bicentenario de la Independencia Nacional y de la instalación del Colegio Nacional "San Ramón" de Cajamarca, presentamos a consideración de la comunidad cajamarquina, y especialmente de la sanramonina este trabajo, que resume el devenir de este plantel que nos cobijó en nuestros años aurorales. La historia de un hombre o la de una institución ha sido muchas veces la de su siglo y ha generado una época. La Historia de nuestro colegio, a partir de la década de su nacimiento e instalación, es la historia de este pueblo, porque |
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"San Ramón es Cajamarca, y Cajamarca es San Ramón", tradicional frase que sintetiza la trascendencia de este plantel en la vida cultural de nuestro pueblo. Sus pétreos muros son testigos de 183 años de vida fecunda, donde surgieron grandes movimientos que conmocionaron a Cajamarca y al País, y en sus claustros se formaron muchas generaciones que han desempeñado un rol protagónico en el acontecer nacional. En la gesta de San Pablo, profesores y alumnos imbuidos del más genuino sentimiento de identificación con la libertad, y de rechazo a la opresión en todas sus formas, lucharon y murieron en defensa de sus ideales. En estas aulas se gestó y luego se llevó a cabo la Revolución del 3 de enero de 1854, liderada por un maestro sanramonino, Toribio Casanova López, que nos dio la departamentalidad. En el plantel fue siempre una constante, en todos los tiempos de su acontecer histórico, la presencia de profesores que marcaron una época y, dejaron su impronta que superaron la barrera temporal, y discípulos como la "Generación Brillante, que continuando el sendero trazado y, poniendo en evidencia la formación recibida en los claustros, descollaron y descuellan en los diferentes campos de la vida nacional. La historia de nuestro plantel es una página importante en la Historia de la Educación Cajamarquina. Esta ciencia social juega un rol muy importante en la explicación de los anales del proceso cultural peruano y que conlleva al fortalecimiento de la identidad y unidad nacional y regional. El devenir del Colegio "San Ramón" hemos tratado de contextualizarlo en el marco de la historia Nacional, así como en el proceso histórico educacional peruano, pero siempre teniendo en cuenta un afán integrador. En la elaboración de estos apuntes, hemos utilizado los repositorios documentales del Archivo Regional de Cajamarca, así como el centenar de volúmenes de legajos existentes en el Archivo del plantel, labor que ha sido gratifican te al haber estado en contacto directo con las fuentes que resumen en sus vetustas páginas el pasado de nuestra Alma Mater. Como en todo trabajo de este tipo, no está escrita la última página, porque vendrán otras investigaciones que complementen la presente. Solo hemos abierto una puerta más para el conocimiento del acontecer educativo en el glorioso "San Ramón. " Expreso mi agradecimiento a las autoridades de la Universidad Privada "Antonio Guillermo Urrelo ", por haber hecho posible la realización de este trabajo enmarcado en su política de apoyar investigaciones de carácter regional y su respectiva publicación. Asimismo, a la Municipalidad Provincial de Cajamarca por su valiosa colaboración en la coedición de este libro. EL AUTOR |
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PRESENTACIÓN La presente es una obra que la he ido construyendo con paciencia, poco a poco. Ha significado más de una década de tesonera labor; de investigación, indagación, diálogo y lectura en archivos, bibliotecas, tertulias, entrevistas, aportes de amigos, de carnavaleros de todas las edades, de todas las condiciones sociales, económicas, espirituales, anímicas, corporales, etc. Es decir, de «tutti il mundi», porque el carnaval es una fiesta general, en la cual hombres y mujeres departen y comparten alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, sueños y realidades, anhelos y frustraciones, propuestas y críticas, de toda índole, porque, como repito, es una fiesta general. Con seguridad, algunos buenos carnavaleros encontrarán «algo que falta» a esta modesta inquietud del autor, a ellos les pido disculpas, pero |
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la fiesta es personal, grupal y general y, por ende, las experiencias o vivencias tienen ese matiz; cuando la goza solo, o en grupo, cuando va «a buscar el carnaval», o cuando se involucra en actividades en donde el grupo queda pequeño, ante la magnificencia y la cantidad de parroquianos que, contagiados de la música, el color, la alegría, la algarabía, la belleza y todo las cualidades y defectos que rodean a esta festividad cajamarquina, se olvidan inconscientemente de la realidad. Lo que busco con la publicación del presente trabajo, es hacer recordar tiempos y experiencias, involucrar al tiempo y la memoria de quienes gozaron, gozan y seguirán gozando el carnaval hasta cuando Dios se lo permita, porque Él hizo el carnaval para todos. Hay muchos amigos y carnavaleros a los que he molestado persistentemente solicitándoles sus vivencias en las fiestas, sus fotografías en calidad de préstamo para publicarlas en este libro, sus creaciones para, de igual manera, adjuntarlas y compartirlas con vosotros. Es decir, todo cuanto pudiera llenar los vacíos que seguramente usted, querido lector, va a encontrar. Algunos respondieron positivamente, por lo cual quedo de ellos muy agradecido, otros hasta el momento de la edición, como dice el dicho «ni pío, ni mío», a quienes también agradezco el hecho de haberme dado la oportunidad de compartir mis inquietudes de hacer conocer el carnaval cajamarquino, de «boca» de quienes han hecho y siguen haciendo nuestra tradicional festividad; que tiene resonancia en todo el Perú y el extranjero. Cansado de esperar a quienes (día tras día, semana tras semana, llamada tras llamada, visita tras visita, etc.), les solicité su aporte, finalmente decidí que llegó el momento en que «la gota rebasó el vaso», y; en definitiva, tomé las decisión de no esperar, y publicar el presente libro. Expreso también mi gratitud a dichas personas, porque me ayudaron, en las conversaciones, a refrescar la memoria sobre lo vivido en nuestra fiesta. Tengo en mi archivo personal dos trabajos complementarios a este «Carnavalito, en mi tierra .... lo más bonito». Se los hago conocer: uno se denomina «ANÉCDOTAS del carnavalito, en mi tierra ... lo más bonito» y el otro, «PERSONAJES, de mi carnavalito, en mi tierra ... lo más bonito». Así es que invito a quienes deseen aportar, contactarse conmigo, o caso contrario, se decidan a escribir, para así, promocionar nuestra fiesta tradicional. No adelanto nada sobre el texto, solo les digo que desde que tuve uso de razón, y si la memoria no me falla, recuerdo que salía a las calles cajamarquinas siguiendo a las patrullas de antaño. Luego, organizado y formalizando el carnaval, he participado en cuanta actividad se programaba con tal fin, ya sea en el barrio o en el patronato, como actor y como organizador, dando ideas, propuestas, planteamientos, siempre en pro de una fiesta que permita hacer de Cajamarca, uno de los destinos turísticos más importantes en la faz de la tierra, y que la misma permita mejorar las condiciones de vida de los cajamarquinos y de quienes radican en nuestra tierra por múltiples motivos.
EL AUTOR PRÓLOGO Hace muchos años, conocí en Cajamarca a un excelso poeta de origen limeño, el profesor Manuel Ibáñez Rosazza, caracterizado por su gran sensibilidad y capacidad de observación. Pude leer un bello trabajo suyo referido a la festividad de Todos los Santos, y, en el marco de ella, las innumerables ceremonias religiosas y rituales que los hombres, mujeres y niños, del campo y la ciudad ofrecían a sus difuntos por aquellos días. ¡Qué maestría en sus descripciones y narraciones!. Me quedé impresionado de su minuciosidad. De aquella época a esta parte, llega a mis manos un excelente trabajo que muy bien podría considerarse como una hermosa cronografía. Al leerlo, me hallo doblemente gratificado: de un lado porque me honra el tener que decir algunas palabras liminares a tan interesante y ameno libro, y de otra, porque también soy testigo presencial, desde mi infancia, de casi todo cuanto su autor, el escritor cajamarquino, profesor Carlos León Chávez, nos describe y narra con una fluidez, naturalidad, sencillez y amenidad extraordinarias. ¡Qué oportuno y buen uso del lenguaje coloquial salpicado de sugestivos regionalismos (cajamarquinismos) impecables! ¡Qué oportunidad de uso de la jerga! Esa jerigonza que es conocida, felizmente, por todos nosotros. Aquel giro lingüístico que en opinión de Eduardo Quiroz Sánchez, bien utilizado, le da una mayor riqueza léxico-semántica a la expresión. El libro ostenta muchos otros aspectos de forma y de fondo que, al tratarse de un tema auténticamente cajamarquino y desarrollado de un modo netamente cajamarquino, constituyen una retribución y contribución al pueblo de Cajamarca en esa valiosa carrera que pocos autores y pocas personas van hacia la revitalización y fortalecimiento de nuestra identidad. Con ello, el autor Carlos León ha querido patentizar lo que Vallejo, en su poema Himno a los voluntarios de la República, de España aparta de mi este Cáliz, diría: «Todo acto o voz genial viene del pueblo/ y va hacia él, de frente o transmitido/por incesantes briznas, por el humo rosado de amargas contraseñas sin fortuna). No cabe duda, que cuando se habla de Carnavales, de inmediato surge el nombre de Cajamarca. Es muy probable que en esta tierra se haya asentado más y mejor esta enorme fiesta tradicional; tal vez, porque acá fue donde se afincaron más temprano y con mayor holgura la raza y la cultura españolas. Precisamente, en los distritos -especialmente en las zonas rurales de la Ciudad del Cumbe es de donde han llegado las mejores composiciones carnavalescas. Es admirable advertir cómo todos los años van renovando sus coplas en concordancia con los cambios que ostenta la sociedad. No cantan lo mismo, ni menos se restringen a imitar. Son auténticos. Allí está la riqueza de nuestro folklore. Carnavalito... en mi tierra ... ¡lo más bonito! Está compuesto desde el comienzo por una materia prima eminentemente popular y de los carnavales de aquellos tiempos, es decir, de aquellos en los que se utilizaban chisguetes, serpentinas y polvos finos. Y, no obstante ello, para jugar con las damas había que pedirles su autorización. Cómo dejar de añorar aquellos eventos carnavalescos en donde se colocaban las serpentinas de colores y con bellísimas y delicadas impresiones de textos alusivos al amor. Muchas declaraciones de amor y sus respectivas comunicaciones -asertivas, o negativas- se dieron en estos encuentros carnavalescos de los Jóvenes. Todo ello nos cuenta magistralmente Carlos León en las siguientes páginas. Asimismo los encuentros carnavalescos del Jueves de Compadres y del Jueves de Comadres en el barrio San Pedro. Cómo es que se hacen compadres hasta ahora y por toda la vida, los jóvenes y señoritas que no necesariamente con anticipación o no se pusieron de acuerdo previamente para ser compadres. Allí empieza la amistad y muchas veces el amor que los llevaría incluso al matrimonio. Algo análogo ocurría y ocurre en las unshas. Este es el lugar de la socialización, del inicio del conocimiento de nuevas amistades, o del fortalecimiento de las ya existentes, y no pocas veces, el inicio de romances que tal vez fueron efímeros: pero otras veces se tornarían serios y llegarían hasta el himeneo. Todas estas y otras actividades carnavalescas, todas estas concentraciones humanas, y tan humanas, han tenido como motivo fundamental el tener que darle sentido a la vida, es decir, disfrutar de una vida feliz. Incluso en el Velorio y en el Entierro de Ño Carnavalón. Aún en el dolor de la despedida del ahora difunto Carnaval, que se va dejando tantas queridas, tantas mujeres que suspiraron por él pero que no llegaron a ser suyas; pero que todas mucho llanto van llorando. Tal como dice la sugestiva copla: «Ya se va mi carnaval,/ qué penita vua tener./ Tan penosito(a) que soy,/ la ictericia me va a dar./Pa' la ictericia hay remedio,/ las doradillas del mar. O la otra copla que Carlos León la ha escrito oportunamente: «¡Ay Carnaval, Carnaval!/ me dicen que ya te vas./No te vayas Carnaval,/ quédate ocho días más./ Si de capricho te vas,/ Yo te sigo por tu tras." Por todo este fecundo y valioso regalo que nuestro autor cajamarquino está haciendo al pueblo, tanto de esta tierra como de otros lugares del Perú y el mundo, me asiste el deber moral de expresarle mi eterno agradecimiento y creo llevar el mismo sentir de todo aquel que se aproxime a este libro con el anhelo de enterarse de cómo fue y cómo es el Carnaval de Cajamarca. Le auguro muchos éxitos y mucho entusiasmo en esta dura tarea -pero placentera para Carlos León- de continuar escribiendo acerca de nuestro Carnaval y acerca de la historia de nuestra región, en el entendido de que la historia es el alma de los pueblos, mientras que la geografía es su cuerpo. Y, la única manera de amar nuestra tierra, nuestra patria, es mediante el conocimiento que tomemos de ella. Allá va este libro enarbolando la bandera de nuestra IDENTIDAD.
Prof. Jacinto Luis CERNA CABRERA Especialista de Educación Intercultural Bilingüe Dirección Regional de Educación de Cajamarca.
Correo del autor: Carlos Alberto León Chávez cleonchavez@yahoo.es ------------------ N.R.: Un agradecimiento especial a Carlos Alberto León Chávez, quién demostró una vez más su espíritu generoso obsequiándonos un ejemplar de su libros a cada uno de los asistentes a la ceremonia de la presentación. |
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Mujeres de agua, fuego, tierra y viento PRÓLOGO Conocer a la amiga, dulce, amorosa, inquieta, activa, amante del arte, que le gusta volar en solitario y, compartir generosamente momentos. Y... tener en la mano los escritos en sus horas de vuelo, ha sido como encontrar una caja de descubrimientos. No es una caja de Pandora en la que al abrir la, los males se esparcen y oscurecen los espacios, sino: la caja de una poeta que contiene vidas, poemas en verso y prosa, voces que sienten y dan luces de humanidad. Las hojas reunidas, de poemas pertenecientes a Socorro Barrantes, conforman el poemario POEMAS EN BLOQUE. Diría, el silencio o pausa que se necesita para dar toda nuestra atención e iniciar algo importante en bloque. Lo que hace que la curiosidad se acreciente. Aunque el título manifieste el deseo de presentar poemas |
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conjunto, agrupados con características comunes o con un fin. En este libro se encuentran poemas que hablan principalmente sobre la mujer. Y, también pone en alerta sobre el cuidado de nuestro grandioso pasado histórico, naturaleza y el medioambiente. El lenguaje que usa frecuentemente está relacionado con la naturaleza. Mujeres que por su labor como: pintora, cantante, bailarina, poeta, científica, historiadora, trabajadora del hogar, campesina, luchadora social, del medioambiente, mujer espiritual, heroína, contribuyeron o continúan brindando valiosos aportes, vislumbran aspectos importantes del ser humano. Con tropiezos y luces, aquellas mujeres y las tan cercanas, algunas que a veces parecen pequeñas, pero son las que engrandecen la vida de las personas, por sus acciones: la amiga, la hermana, personaje bíblico. Y en un espacio especial: la madre y amor maternal. A través de ellas, en los poemas aparece la añoranza por un Perú armonioso, sin injusticias sociales, la fortaleza, valores humanos, costumbres andinas, sabiduría, gestación de la vida. Transmitiendo algunos, sensualidad y en otros poemas entrelazados, el mundo de la poeta. He de resaltar, en especial, el poema CANTARES DE MUJER, dividido en cuatro partes. Por su fuerza, intensidad, el ritmo fluido y organizador de su mundo. En la que -a mi parecer-, la voz de la poeta expresa su propia voz, en su quehacer. A través del cuerpo, el yo poético revela el mundo en el que vive, y su mundo, valiéndose de la imaginación y figuras retóricas. Observemos fragmentos del poema en mención. En la primera parte, hace uso de la anáfora, repitiendo las palabras "Mi", "Mis", para darle ritmo y fuerza. Hace una comparación entre: Su patria, luz de un continente. Mi patria, la claridad del continente latinoamericano Y vida: sin continente, sin luz, desorientada. Mi vida, la historia de mujer a la deriva Y, con características de su cuerpo o geografía, los relaciona con su vida que arriba en la luz, pero también, en la oscuridad o sombras: Mi sangre, ríos que desembocan en el mar de la luz y las tinieblas Oídos que no oyen nada, por la soledad que exaspera y, el anhelo de sonoridades. Para remarcar este sentimiento, hace uso de la antítesis o contraste de dos elementos contrarios. Mis oídos, grito de silencio y música Parte de su cuerpo, sus caderas, convertido en soporte rígido de una casa, en espacio íntimo que vive y cobija. Mis caderas, armazón de la casa donde te gustaría vivir En la segunda parte: El yo poético se ubica en el espacio de su entorno: siglo XX, tiempo de inseguridades, desconcierto. Pero, en contradicción a tal acontecer, expresa la seguridad que su humanidad percibe el dolor y alegría de tiempos, de la Tierra. Mujer, nacida en el siglo XX, con ganas de construir la casa de la duda, en la que nada se sabe a ciencia cierta y sin embargo soy la piel que siente los sollozos la risa de la tierra, en su carbón oscuro.
El yo poético se identifica como la base que contiene al río y el Mar. Olas agitadas y detenidas por un obstáculo que descubre su propia estructura de emboscada al amor. Se empequeñece en el dolor de la pérdida, y martiriza en la dicha. Soy la columna vertebral del río y del Mar, olor salado de marea, olas que se estrellan en el dique, caigo en mi propia trampa de cariño. insecto a la hora del dolor, martillo en la fragilidad de la dicha.
Su paraíso está en "negativo", es decir, al revés, y muestra la lucha de su cosmos. En vez de erguirse en la ribera, está colocado, sostenido, tendido. Revés de paraíso tendido en la ribera. Agua en movimiento, busca cariño en cualquier trampa. Ola buscando la ternura en cualquier dique.
Se define: picaflor, pájaro pequeño inquieto, que se mantiene en el aire moviéndose, y volando, expresándose de muchas maneras. Picaflor de mil zumbidos. Mujer contenida en el centro del conmocionado dios de los vientos, o en la paz de la comunicación con Dios. Pone en contraposición: la turbulencia y la paz, lo físico y lo espiritual. Esa laya de ser desconocido, misterioso, impredecible mujer en las entrañas de Eolo o en las místicas de Jesús. Continúa en el poema, el yo poético mostrando su ser, mujer en varias facetas. Ella con su destino, su fuerza, soledad, sosiego, añoranza, virtudes, imaginación, pensamientos. El ser y el no ser, la búsqueda de la dicha. El dolor, la nostalgia, su ciudad, su tierra vivida y amada, que ya no la reconoce. Cierro esta caja de poemas, para abrirlas en el silencio de mi escritorio o leerlas en la compañía de otros, poemas como EDITH PIAF, EL DÍA EN LA VIDA DE NORMA, ESA RUBIA DEL MUNDO, LA MIEL DE LOS RACIMOS TRUNCOS, COSAS DE NIÑAS TRABAJADORAS EN CASA AJENA, LAVANDERA DE ALEGRÍAS, MI CASA, MADRE SOY, PERO LO DUDO, entre otros.
¿Me acompañan....? Mary Oscátegui A.
COMENTARIO
Desde su condición de mujer, Socorro Barrantes asume una perspectiva poética que es oración alzada, contestataria; se instala en diversos espacios donde sus congéneres abrieron caminos de plena libertad para cumplir su ineludible y auténtico destino. Íntimos universos sin disfraces o maquillajes, surgidos del arte musical, pictórico o de la praxis del bien social, arduo trabajo en pos de la realización personal. Personajes femeninos de todos los tiempos, cuyo trayecto visible es brío, resolución. Hay en el poemario referencias a más de una treintena de ellas (Eva, Magdala, Kahlo, Piaf, Dunkan, Parra, Curie, Rostworowski...). No elude a las mujeres de su entorno cercano que nos prodigan la dulzura de los trajines más modestos "como una semilla extensa y luminosa": lavanderas, labriegas, parteras, Cecilias. Su propio e individual cantar es un ovillo de fina hebra sensual, con la que borda la senda que roza el origen de la naturaleza del amor. Socorro eleva su tono celebratorio en el temblor de sus sentires" sin medir los riesgos de la libertad". Este libro despertará la expectativa de quienes tienen larga data de la persistente labor cultural y social que la poeta realiza en su tierra natal. En él anuncia, con su genuina palabra, devenires opuestos a la realidad dominante, reafirma sus dotes de profundo sentimiento humano; es la mano amiga, compañera, hermana que coadyuva a forjar las esperanzas de los pueblos ávidos de limpios y nuevos horizontes. En un texto de corte literario se busca como complemento de lo expresado, la alquimia del leguaje; en ese sentido, Socorro Barrantes Zurita da brillo a sus palabras esenciales para vestir la exquisitez de su imaginación creadora. En sus versos y en su prosa, que aquí aparecen, está la consolidación de su talento de poeta. No más, pero tampoco menos. Jorge Horna Lima, junio del 2015
Contracarátula Socorro Barrantes afirma en este libro que la mujer es horno de vida, hendidura, pampa y socavón. Ala en el precipicio, fémur en el camino, mapa en la fugacidad y expectativa en la distancia. Misterio, remolino, frescor en la tormenta, pirca en la inundación. Agua en el filo de la tarde y amparo en el cansancio. Las manos en su poesía se acercan desde el reino vegetal a los pliegues de la neblina para corren junto a su cortinaje colocando raíces y pétalos, como apacibles vecinos del dar y el compartir. En esta poesía pasean picaflores de mil zumbidos, hombres chacchando incendios, ansias dormidas en espejos de trueno, alforjas y candados de cristal curvados en el cielo como arcoíris alucinados. Mientras los niños tropiezan con el sol, junto a grietas de afecto, la tranquilidad en el valle de sus manos hace crecer luz y verdor a raudales. Si en un verso la lumbre es una cicatriz; en otro, la noche se reclina para tomar nombre y valentía. En este libro el trabajo y la sal son inquietud y prosperidad; la ternura es enemiga del hambre; y la confianza bebe con cuidado conquista y abundancia. En el cuenco de la tierra, el sencillo barro, es ubre y entraña; hombre y mujer lo sacuden en la cosecha y lo soplan apartándolo de la trilla. En el dorso iluminado de la tierra, las mujeres a la vera de sus casas, hacen brotar almácigos y sueños, sembrando en sus profundos surcos una hilera de esperanza y otra de resistencia. Esteban Quiroz Cisneros Editor |
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PARA SER UNIVERSAL, DEL LOBO UN PELO José López Coronado La narrativa peruana, como toda la narrativa latinoamericana tiene raíces profundas en la oralidad milenaria. Mientras al otro lado del mundo se enseña ética y moralidad con los cuentos de Nasrudin, en América el Popal Vuh da noticia de lo propio, y en nuestro país cada región cuenta con narradores populares mágicos y exquisitos como el Tío Lino en Cajamarca. La nuestra, como pocas, es literariamente una región proteica, pues registra más de un centenar de novelas sobre Cajamarca y los poetas, que son muchos, no se conocen todos entre sí. Incluso cuenta con una antología de Minificción (Nidal de colibríes ,2014) el nuevo género literario propicio para este nuevo milenio. (En ese libro, por ejemplo, se informa que William Guillén Padilla |
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-escritor
hualgayoquino- es actualmente uno de los narradores miniaturistas más
connotados de nuestro país y, a su vez, uno de los más importantes de
Latinoamérica). Se suma a este acervo el presente libro de Carlos Ernesto Cabrera Miranda, cuyo título Del lobo un pelo, sospecho es un intríngulis ex profeso: Es mejor obtener algo que nada. ¿Quién se beneficiará del pelo y quien es en este caso el lobo? En nuestro país el acceso para poder leer podría ser el lobo, sin embargo, algo esencial ganará la persona que lee. Con esta nueva entrega reafirma el autor su pericia narrativa demostrada en su libro Los colores del cielo (2002’-2011’) del cual Luzmán Salas ha dicho: "son relatos de trasfondo humano y existencialista" y también en Ojos de la noche (2015) que expone "los fenómenos esotéricos que continuamente se manifiestan en el planeta" -como se lee en el Prefacio-. Los de Del lobo un pelo son cuentos breves, respecto a los de los libros anteriores y por eso llevan la atingencia de ser Minicuentos, agrupados en cuatro estancias. Los diez cuentos de la primera por su temática "De misterio" y arrebato son acaso una continuación de Los ojos de la noche; los treinta nueve de la segunda se caracterizan por su pálpito popular, ya que narran las anécdotas de nuestros paisanos bajo los mismos Colores del cielo; en tanto que la tercera agrupa a once cuentos sobre otra de las pasiones del escritor, el fútbol, pues Carlos Ernesto fue en sus años primaverales un reconocido futbolista de la Copa Perú; y finalmente en la cuarta parte publica la creatividad popular, pues acopia las frases de doble sentido que se leen en los vehículos de transporte, perenniza los avisos espontáneos y selecciona los epitafios célebres, por primera vez traídos para el análisis y sistematización sociológica. Escritos con el entusiasmo de la brevedad y la precisión del habla coloquial, los minicuentos de Del Lobo un pelo son el reflejo de la cotidianeidad de nuestra gente, siempre ocurrente e ingeniosa. Contribuye con ello Cabrera Miranda a reafirmar nuestra identidad regional en el contexto nacional y latinoamericano. Pues para ser universales hay que saber a ciencia cierta lo que somos y Chota, julio 21 de 2015 Introducción Este libro está dividido en cuatro capítulos. El primero, De Misterio, contiene relatos que tocan los fenómenos sobrenaturales y los enigmas de nuestra estancia en este planeta. El segundo, recoge las ocurrencias y vivencias De nosotros, buenos paisanos. Pasamos a uno tercero que presenta relatos De fútbol, deporte de multitudes y en el que cada lector tendrá más de una experiencia y anécdota. El pueblo, nuestra gente, tiene mucho que decir, y esto lo expone en mensajes cortos; dirigidos a sí mismos, al barrio, a la sociedad, al destino, a la modernidad, al amor, a la soledad, a la tristeza, en fin, a la vida misma. Con ironía, con humor, con gratitud, con respeto, con devoción; su palabra está escrita en los vehículos: camiones, combis, camionetas, mototaxis, triciclos o carretillas. Dice el pueblo, el cuarto capítulo, muestra pues, el mensaje del pueblo que figura en las secciones: frases en los carros, avisos y epitafios. Un epitafio es el texto que honra al difunto, la mayoría normalmente, inscrito en una lápida o placa. En los Epitafios romanos se solía leer la fórmula: Sit tibi terra levis; Séate la tierra ligera, que se expresaba con las solas iniciales: S. T. T. L., las cuales han sido sustituidas por el cristianismo con: R. I. P.: Requiescat in pace: Que descanse en paz. Antes, en nuestras lápidas se podía leer QDDG y EPD. (Que de Dios goce y en paz descanse). Nuestro cementerio, la última morada terrenal, exhibe dolidos y esperanzadores mensajes; ellos son parte de nuestra cultura cajamarquina, respecto a la visión y entendimiento de la muerte. Los seres humanos creamos cultura. Nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar, nuestras creencias; la comida, el arte, son algunas expresiones de ella. El lenguaje, la forma de hablar, nuestros modismos y jergas, constituyen un medio privilegiado de la expresión de la cultura e identidad. Sirvan estas historias cortas para conocemos y reconocemos, pues aquí los personajes, con su carácter y temperamento, dan vida a nuestros pueblos y ciudades. Seres bromistas, amables, de carácter ameno y cordial, sencillos y naturales; parte del conglomerado humano está aquí, algunos ya nos han dejado, otros siguen latiendo, barajando su destino entre el gentío, forjando historias que pintan y retratan, día a día, la postal, la imagen, el sello, de nuestra alma andina. Finalmente, no dudo que este libro de relatos cortos, hará pasar un rato agradable al lector. El autor Correo del autor: Carlos E- Cabrera Miranda caminet13@gmail.com ------------------ N.R.: Mi especial agradecimiento al Lic. Carlos E. Cabrera Miranda por sus consideraciones especiales que siempre nos manifiesta obsequiándonos ejemplares de todas sus publicaciones.
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ANTESALA Jacinto Lara Calderón Conozco a José López Coronado, cómo no, es un escritor que goza y sufre la literatura. Y escribe lo que vive o lo que escucha (aunque más lo que escucha). Pericia que él llama registro literario para configurar una literatura viva, ya que los personajes y los hechos que presenta surgen de la realidad concreta de su entorno. Como él me permite escudriñar su taller y su archivo, hemos reunido estos 35 relatos escritos, en su aprendizaje de escritor, a mediados de la década del ochenta e inicios de la década del 90 del siglo pasado, pata salvarlos, porque estaban casi olvidados1. Por su desorden y descuido algunos se venían perdiendo (aun habiendo sido publicados de manera suelta), pero como conservan el pálpito de los afectos o resquemores de su momento, los reunimos en este libro con |
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algunos textos recientes, tal es el caso del que se ha tomado para
título. Sus historias, que han sido ordenadas de acuerdo a la cronología
en que fueron escritas, son circunstanciales, pues de eso están hechas
las experiencias que enriquecen la vida. Coherente con uno de sus versos juveniles que dicen: “... escribo para tener lectura en mi vejez", José López Coronado, heterónimo mío, solo pretende solazarse y entretener con sus relatos (y sospecho que lo logrará). Que la función lúdica es inherente a la literatura de todos los tiempos, sin llegar a lo que otros llaman literatura del absurdo (fatua imitación de Samuel Beckett). Mejor dicho, el autor trata que los lectores puedan rememorar lo suyo y evaluar lo vivido, así como permitimos reflexionar para proyectamos también en lo inmediato. ------------------- 1. Que conformaron un libro inicial del autor y que iba a titularse Siempre hay uno que paga el pato, pero que las manos del tiempo se encargaron en ir deshojando y desapareciendo.
Correo del autor: José López Coronado joselopezcorona@hotmail.com
N.R.: Expreso mi agradecimiento al destacado escrito José López Coronado quién tuvo la gentileza de obsequiar a todos los asistentes -a la ceremonia de Clausura y Plenaria del I Encuentro Nacional "Jorge Díaz Herrera" y III Encuentro Regional de Minificción "Nidal de Colibríes"- un ejemplar de su libro "El quinto loco y otros relatos casi olvidados" del cual también me sentí beneficiado y me permite publicar esta carátula con su correspondiente "Antesala". Juan C. Paredes Azañero. |
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NOTAS INTRODUCTORIAS Esta novela es la recreación de varias vidas imaginariamente reales o realmente imaginarias, corno sutil homenaje a quienes padecen indolencias ajenas. Agradezco a quienes me abrazaron en la zarpada, resucitaron conmigo y reemprendieron el velero hacia el puerto donde promulgo todos mis cantos de amor. Ofrendo el honor, para no redundar la dedicatoria, a las bandas y artistas mencionados en la obra: Pink Floyd, Saigon Kick, Deep Purple, Orquesta Mondragón, Facundo Cabral, Silvio Rodríguez y Willie Colón, quienes comulgaron delicadamente con la historia y con los maestros literarios cuya obra evoqué. Es una manera de estrecharlos corno tibia ilusión de conocerlos, ya que la literatura consta de emprender el viaje a un país sin fronteras. |
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Una aventura que caprichosamente revelo en el afán de abrasamos (sí, con "s") en contra del odio y a favor del perdón, deba pedirse o no. Es el testimonio de una avidez por volver y tejer los orígenes, por volver a creer en unos brazos, por volver a mi tierra en paz. Quien repase este mensaje está seguramente vacunado contra la indiferencia. Quien aventura leer a mi recordado amigo el lector de círculos, será un fugaz sobreviviente de sí mismo. El autor. -------------------------- N.R.: Expreso mi agradecimiento al joven escritor colombiano Manuel Felipe Álvarez-Galeano por la gentileza que ha tenido de obsequiarnos un ejemplar de "El lector de círculos" en el día de la presentación, le auguro una abundante producción literaria. Juan C. Paredes Azañero |
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Estamos a tiempo La tierra vive. Y como vive, siente; y como siente, cría. Sabiéndolo y sintiéndolo, agradecemos y celebramos. Esto nos enseñaron nuestros mayores: nosotros honramos su recuerdo y sus enseñanzas. Creer así no es una nueva religión: esta es la fe que nos ha mantenido vivos a pesar de las matanzas a las que han sido sometidos, durante siglos, nuestras culturas y nuestros pueblos. Es ignorancia ver a la tierra como una cosa. Es perverso tratar a la vida como un objeto. El solo creerse superiores es de incultos, porque esa actitud conlleva a insultar, |
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contaminar, explotar y destruir el campo que nos sustenta. Y, al fin, no sólo es la visión lo que nos enfrenta. Nosotros veneramos a la tierra, y eso es un honor: desdeñarla es una vergüenza. Hemos llegado a un tiempo en el que ya no se puede revertir el daño que se le ha hecho a la naturaleza, pero aún estamos a tiempo de remediar nuestros silencios y detener la depredación. Para festejar la vida comunitaria, para reconstruir el mañana. |
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PREFACIO Desde tiempos inmemoriales y casi a perpetuidad, los seres humanos experimentan extraños e inexplicables fenómenos sobrenaturales. Estos se producen en circunstancias especiales y no responden a las leyes científicas, de tal modo que un halo de misterio los envuelve. Así pues, aunque la esfera de lo enigmático ha ido reduciéndose a través de los milenios, un abismo insondable de misterio aún sigue sitiando al cosmos. Los fenómenos esotéricos, que continuamente se manifiestan en el planeta, evidencian que existen muchas puertas invisibles, abiertas siempre y muy cercanas, que al cruzarlas nos transportan a otra dimensión, tan real como nuestra pequeña y encerrada existencia. |
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"Hay otros mundos, pero están en éste" escribió un poeta. Ciertamente, las diferentes entidades y realidades se mueven y comparten el mismo y recóndito espacio. Hay mundos sobre mundos y hay puentes; sólo algunos conocen dónde están, cómo aparecen, para conducirnos a cualquier otro mundo. Puentes sobre la Nada, balanceándose en la niebla... Así pues, reconocemos que una de las emociones más fuertes de la humanidad es el miedo y, sin duda, el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido, al mundo oculto y sus manifestaciones. Amigo lector, el mundo paralelo está dispuesto a mostrarse a quienes por azar, por ventura o por desgracia coinciden en el tiempo y el espacio exacto, para abrir la puerta y ojear, gracias a Dios por instantes, un panorama desconocido, a veces espeluznante y oscuro, otras, sublime y colorido. Los relatos que este libro expone provienen de casos reales. Es la vivencia íntima de personas de nuestra tierra, y están registradas en su memoria y en su cuerpo sensible, como experiencias únicas, acaso como un estigma imborrable. Por su impacto en el espíritu colectivo de los pueblos son por años relatadas y reconocidas en la tradición popular. Invito al lector a explorar, con los ojos de la noche, el secreto de nuestra estancia en este mundo y a confirmar que, en las múltiples dimensiones del universo, convivimos con entidades, presencias y fenómenos inefables, que provienen de lo más profundo de lo desconocido. E-mail del autor: caminet13@gmail.com Tel.: 55 - #952 041 567 ------------- N.R.: Expresamos nuestro agradecimiento al Lic. Carlos Ernesto Cabrera Miranda por su amable gentileza en obsequiarnos un ejemplar que nos permite hacer la difusión. |