MANTHOC PRESENTÓ LIBRO DE CUENTOS “LAGAÑA Y BABASECA”
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Por Consuelo Lezcano.
Cajamarca, 13 de setiembre de 2013
En concurrida
ceremonia realizada el pasado seis de los corrientes, en el Salón Consistorial
del ex local de la MPC, el Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores
Hijos de Obreros Cristianos MANTHOC, presentó el hermoso libro de cuentos:
“Lagaña y Babaseca” de la reconocida escritora Mónica Buse.
EL niño Christian Terán Calua, delegado nacional de MANTHOC fue el encargado de dar la bienvenida al público asistente y, lo hizo con tal aplomo y locuacidad que fue premiado con cerrados aplausos.
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La señora Norma Padilla, administradora de SONOVISO, ofreció una sentida
semblanza de la autora del libro, relevando los aspectos de su vida y obra.
”La conozco-dijo-, desde hace más de 25 años. Ella vino de Lima el año 1976,
como misionera laica a la Diócesis de Cajamarca; desde ese entonces recorre
nuestro departamento descubriendo una vida muy diferente a la de la gran ciudad:
gentes con muchas limitaciones y carencias que despiertan en ella esa
sensibilidad social que la hacen comprometerse con los más necesitados durante
doce años en la labor pastoral, tiempo en el cual realiza varias publicaciones
(...).
Y, aun cuando han pasado muchos años y ya no es laica misionera, pero sí laica comprometida, ella sigue brindando su apoyo a quiénes lo necesitan. Sigue siendo también una valiosa colaboradora de SONOVISO.”
De la presentación del libro, hecha por Don Alejandro Cussianovich Villarán,
espigamos algunas de sus expresiones vertidas:
“…Mónica Buse nos regala en este texto una serie de estampas que conforman el delicado cuento de Lagaña y Babaseca y de Botella su inseparable perro. Contados a Carolina su entonces pequeña hija y hoy, a pedido de ella, puestos por escrito para contárselos y leérselos a sus futuros hijos. (…). ”Este cuento que nos honra presentar es un atípico tratado de ternura. La versión escrita por Mónica Buse y la versión artístico visual que hacen vivenciar de otra manera lo que el cuento mismo nos suscita”.
La reconocida poeta y escritora Socorro Barrantes, también ofreció un amplio y ameno comentario sobre el libro “Lagaña y Babaseca”, para concluir expresando:
“…Cada momento contado de estos dos protagonistas nos dejan una estela de
valores ejercidos por los niños y por las personas que aparecieron en su camino.
Una de estas luces en este crucial camino, el trabajo. Saber trabajar abre las
puertas de las casas, de los corazones y de los pensamientos. Si hubiesen huido
del trabajo, sino les hubiesen echado ganas a lo que hacían, seguro otro hubiera
sido su destino. El ser acomedidos, laboriosos, previsores, determinó desde
temprana edad su proyecto saludable de vida. El expresar en diversos momentos su
generosidad, gratitud hacia las personas, hacia Botella, los convierte en
lucecitas que iluminan el singular camino que da la pobreza económica.(…).
Finalmente, la autora del libro, luego de reseñar los inicios de MANTHOC fue enfática al decir que no era de las personas que lamentan que los niños trabajen, porque mientras su salud, su emocionalidad, su moralidad no sufran menoscabo, el trabajo no tiene por qué ser algo que esté en contra del hecho de ser “niño”. Claro, cuando veo en la Plaza de Armas niñitas muy pequeñas a las once de la noche se me parte el corazón como cualquiera otra persona sensible.
Pero, cuando veo a un niño que en una hora del día está tratando de ganarse la vida, para tener un poquito de dinero para ir a la escuela o para ayudar a sus padres, pues digo ¿por qué tenemos que estar en contra del trabajo de los niños?. Si se les utiliza para la prostitución, o si se les malogra la columna, porque tienen que cargar peso más allá de sus fuerzas, en fin, todas las cosas malas que puedan ocurrírseles: ¡por supuesto que es algo que hay que deplorar y hay que luchar contra eso!. Además, el Primer mundo, el Hemisferio Norte lanza alaridos porque en el Hemisferio Sur los niños trabajan. Ellos dejan caer unas cuantas monedas pero no son suficientes; sería lindo que esas monedas se quedaran ahí nomás y que nuestros niños supieran cómo salir adelante, que es lo que hicieron “Lagaña y Babaseca”.
Finalmente el niño Christian y sus compañeritos de MANTHOC, causaron admiración al vestir sus impecables uniformes de “mozos” para servir a los presentes los exquisitos bocaditos.