JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y ARMANDO BAZÁN
Presentación Comentarios literarios
Escribe: César Augusto Aliaga Díaz.
SERIE: EL AMAUTA Y LOS INTELECTUALES CAJAMARQUINOS.
INTRODUCCIÓN.
Como se recuerda en el libro Amauta y su Influencia, la completa síntesis de la famosa revista preparada por Alberto Tauro (1975), ella se forjó por la decidida perseverancia de José Carlos Mariátegui, en torno a la cual se agruparon algunos elementos, atraídos unos por la cordialidad de su carácter y otros por afinidad con sus ideas, permitiendo la construcción de un verdadero movimiento a partir de la coordinación de los espíritus renovadores hasta entonces dispersos.
Uno de esos elementos atraídos por la personalidad, pero también por las ideas de Mariátegui, fue el por entonces joven poeta celendino Armando Bazán Velásquez, quien se comprometió tanto con el proyecto del Amauta, al punto de formar parte de su núcleo más íntimo de amigos y camaradas.
En la presente nota, apuntamos algunos elementos para valorar el alcance y naturaleza de esa amistad, que unió dos espíritus juveniles que amaban por igual la literatura, el arte, la política y la filosofía. De hecho, al lenguaje y estilo del escritor celendino puede aplicarse lo que un crítico búlgaro dijo, refiriéndose al de Mariátegui, como al de otros clásicos socialistas, que sus libros son tan exquisitos, expresivos y finos que lo revelan e imponen no sólo como gran científico, sino también como brillante literato. (Stoikov, 1980)
EL INTELECTUAL CELENDINO.
Armando Bazán Velásquez nació en Celendín el 4 de noviembre de 1902. Sus padres fueron don José Bazán, mediano agricultor y doña Melchora Velásquez, matrona natural de Oxamarca.
Sus primeros años los pasó en el fundo de su padre en la zona del Marañón andino. Regresando luego a Celendín para realizar sus estudios primarios. Al término de los cuales, se trasladó a Chiclayo para proseguir estudios secundarios en el Colegio Nacional “San José”, bajo la tutela de su hermano Mario Bazán. (Aliaga, 2013)
Fue precisamente en la llamada “capital de la amistad”, en 1917, donde Armando Bazán, estudiante de bachillerato, conoció al escritor Abraham Valdelomar, que por esa época colaboraba en el periódico El Tiempo junto a José Carlos Mariátegui y César Falcón (Ruillón, 1963). Oportunidad que se presentó cuando el célebre autor del “Caballero Carmelo”, luego de fracasar en sendas conferencias literarias para la tosca burguesía arrocera, azucarera y algodonera de Lambayeque, decidió dictar una conferencia sobre temas sociales para trabajadores y estudiantes, quedando ese público impresionado por el poeta que en aquella noche habló, con un énfasis desconocido, sobre las “muchedumbres creadoras”, el “derecho de sindicalización”, la “huelga general” y sobre los “ávidos fariseos”. Luego de la cual salió en hombros, vitoreado por esa masa proletaria que empezaba a emerger nítidamente como nueva clase social en los primeros años del siglo XX. (1975, pág. 42) Ocasión que le sirvió, además, a nuestro joven paisano, para afirmar su vocación social y de escritor combativo.
En 1920, viaja a Lima para proseguir estudios superiores. Pero rápidamente, ganado por su vocación social y literaria, ejerce el periodismo y se une a los inquietos estudiantes que habían promovido la reforma universitaria y se empeñaban por extender la universidad hacia los sectores obreros, a través de las “universidades populares”, creadas a iniciativa de Haya de la Torre y en homenaje a Manuel Gonzales Prada. En cuyo impulso, en 1923, además de Armando Bazán, destacaron Enrique Cornejo Koster, Oscar Herrera, Carlos Manuel Cox, Luis Heysen, Eudocio Rabines, Jacobo Hurwitz y los obreros Posada y Navarro. (1975, pág. 81)
En 1924, Armando Bazán publica su libro de poemas “La urbe doliente”. Y en 1926 funda la revista “Poliedro”, que reunió a los poetas de vanguardia del momento: Xavier Abril, César Vallejo, Pablo Bustamante, Juan José Lora, Antenor Orrego y otros.
En 1927, fue detenido junto a varios obreros e intelectuales en la Isla Penal San Lorenzo, acusado de participar en un inexistente “complot judío comunista”, en cuya represión se recluyó también por unos días al propio Mariátegui en el Hospital San Bartolomé, debido a su enfermedad (Carnero Checa, 1980). Luego de ese “accidente de trabajo”, Bazán viajó a Europa. Estando ya fuera del país, ganó los juegos florales de Vitarte, en las fiestas organizadas por la vanguardia obrera de Lima con ocasión de la clásica conmemoración del Primero de Mayo, la “Fiesta de la Planta” (Ruillón, 1963).
La fibra poética de Bazán Velásquez puede apreciarse en unos versos que reprodujo en ese año el número 15 del mensuario “Integridad” (1927), publicado por un grupo de estudiantes y trabajadores celendinos residentes en Lima, dirigido por David Sánchez Infante, con una lírica que recuerda el estilo de Oquendo de Amat, que dice así:
Para que te olvidara
el mar me abrió sus brazos de horizonte.
En las jaulas lejanas de la noche
se pierden la luz y las gaviotas
y vuelves a volver ante mis ojos
desde las manos blancas
de la aurora.
Por el camino de este barco
tus huellas florecen en la
e s p u m a
viene a cantar nostalgias
tu ausencia hecha sirena
viene a cantar nostalgias
entre los heliotropos
del poniente.
Y el mar me abrió sus brazos
para que te olvidara.
Estando en Europa, viaja a Moscú y participa, invitado por la Internacional Comunista, en las celebraciones por el décimo aniversario de la Revolución Rusa y luego, ya en 1928, asiste como delegado peruano, junto al obrero Julio Portocarrero, al IV Congreso de la Internacional sindical roja.
Residente en Francia formó parte, junto a Rabines y Vallejo, de la célula aprista que, mayoritariamente, apoyó a José Carlos Mariátegui en su polémica con Haya de la Torre y en la formación del Partido Socialista del Perú.
En 1930 fue expulsado de Francia por sus actividades revolucionarias, junto a César Vallejo y Juan Villegas, trasladándose a Madrid, donde, en 1931, asiste al nacimiento y proclamación de la Segunda República Española, que terminó trágicamente en 1936 con el alzamiento de las fuerzas nacionalistas encabezadas por Francisco Franco, apoyadas por Hitler y Mussolini, que ahogaron en sangre y represión a la joven república.
En España, Armando Bazán actuó como dirigente de la Internacional de la Enseñanza y como miembro de la Federación Universitaria Hispanoamericana, activando en diversos círculos culturales y políticos, publicando manifiestos, artículos críticos y polémicos y fundando revistas.
En 1932 publica su libro “Urbes del capitalismo” y en 1935 participa en el Congreso Internacional de Escritores en defensa de la Cultura, que reunió a conocidos intelectuales antifascistas de todo el mundo como César Vallejo y Pablo Neruda.
Más tarde, en plena guerra civil, denuncia la actitud complaciente con el franquismo por parte de Miguel de Unamuno, a quien Armando Bazán había previamente definido como “verdadero representante de España”, pero de la España medieval y señorial, “semifeudal y semicapitalista”, habría dicho en su texto Unamuno y el Marxismo (Filosofía en español, 2012). Un punto de vista crítico con la conducta política del autor de “La agonía del cristianismo” que ha sido develada recientemente en la película “Mientras dure la Guerra” del director Alejandro Amenábar, estrenada en 2019.
En 1937 abandona el comunismo y deriva en un pensamiento de corte místico y cristiano literario. Retornando al Perú, donde además de seguir su oficio de periodista, ejerció de traductor, editor, funcionario público y diplomático, habiendo sido designado inclusive como embajador del Perú en Buenos Aires y Quito.
El 12 de julio de 1967 se suicida trágicamente, agobiado por una larga enfermedad que fue minando sus fuerzas vitales, cuando se desempeñaba como secretario privado del presidente Manuel Prado Ugarteche.
LA AMISTAD CON MARIÁTEGUI.
Fue en los ambientes de la Universidad Popular, en 1924, que Armando Bazán conoce a José Carlos Mariátegui, quien había retornado de Europa y se disponía a dictar sus posteriormente famosas conferencias sobre la crisis mundial, quedando impresionado por la “voz tan nueva, tan sencilla y tan llena de pensamiento” del Amauta, al punto de reconocer que a la luz de sus planteamientos se habían conmovido las bases de su ideología hasta entonces muy influenciada por las ideas libertarias de Gonzales Prada, cuyas luces empezaban, desde ese momento, a correr “hacia el poniente”. (1975, pág. 82)
Atraído por las nuevas ideas de Mariátegui, Armando Bazán pasa a formar parte del círculo más cercano al autor de los Siete Ensayos, participando en esa condición en la gestación y lanzamiento de la revista “Amauta” en 1926. Siendo autor de muchos artículos y ensayos publicados en la afamada revista. (Tauro, 1975)
Así, en el número 1 (pág. 37), aparece la nota que escribió sobre “Ande” el libro de Alejandro Peralta. Luego, en el número 3 (pág. 41) se publica su reseña del libro de María Wiesse, “Glosas franciscanas”, así como dos comentarios (pág. 43) sobre los libros “Ccocca” de Mario Chábes y “Falo” de Emilio Armaza.
En el número 5 (pág.43) se publica su nota “Kyra Kyralina" texto de Panait Istrati, mientras que en el número 8 (pág. 41) se incluye su artículo sobre el libro “Antipoemas” de Enrique Bustamante Balliván.
En el número 9 de Amauta (pág. 20), se recoge un artículo sobre la Poesía de Pablo Neruda, en la que expresa su admiración sobre el poeta chileno, señalando que, para entrar en él, “es necesario ajustarse todas las facultades”.
En el número 22 (54-56) se publica su ensayo sobre El Cristo de George Groz, definiendo su significado social y las influencias que recibió su autor y comentando el escándalo a que dio lugar su publicación.
En el número 20 (81-82), se publica su artículo El espíritu guerrero, que trata sobre el décimo aniversario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, describiendo el ambiente beligerante que se extendía en Europa. Este mismo artículo fue publicado también en el número 5 del quincenario Labor (pág. 3).
El número 24 de Amauta (pág. 81-82) trae el artículo del escritor celendino Publicaciones sobre Rusia, que resume diversos trabajos de viajeros a la patria bolchevique.
La Correspondencia publicada del Amauta revela, de otro lado, el grado de intimidad que unía a José Carlos con Armando Bazán, tan solo comparable con el otro entrañable joven colaborador: Ricardo Martínez de la Torre. En ellas se puede apreciar, en efecto, que es casi el único corresponsal que le pregunta y le encarga saludos especiales para sus menores hijos y para su esposa Anita. Mariátegui, por su parte, lo menciona en varias de sus cartas, trasladando sus saludos especialmente a los corresponsales integrantes de la red socialista en formación, como Carlos Arbulú y Nicanor de la Fuente. (Mariátegui, 1984)
Un caso que evidencia ese grado de confianza es la decisiva carta que Mariátegui le escribió a Víctor Raúl Haya de la Torre para establecer, con toda claridad y altura, sus diferencias ideológicas y políticas, especialmente en relación a la necesidad que la clase obrera tenga su propio partido en su lucha por el socialismo, así como en relación al estilo caudillista y personalista con el que estaba gestando el germinal movimiento aprista. Carta que mereció una respuesta destemplada del líder aprista, en la que acusa al Amauta de estar infectado “de demagogia tropical, de absurdo sentimentalismo lamentable” (Mariátegui, 1984, págs. 378-379)
En carta dirigida a los miembros de la célula de Paris, Mariátegui les dice que aquella carta dirigida al jefe aprista le fue dictada a Bazán y que entre ambos se preguntaron la reacción que podría provocar en Haya, ya que sabían que no le iba a gustar nada a pesar que eliminaron todos los términos que pudieran darle un tono inamistoso. (Carnero Checa, 1980, págs. 242-243)
Finalmente, como muestra y homenaje a la entrañable amistad con el Amauta, Armando Bazán publicó, en 1939, desde Chile, su conocida Biografía de Mariátegui, que más tarde fue recogida y ampliada en el libro Mariátegui y su Tiempo, que constituye el tomo 20 de las obras completas del Amauta (1975), que es, tal vez, junto con el texto de Genaro Carnero Checa (1980) uno de los mejores esbozos biográficos que se haya escrito sobre el autor de “Defensa del Marxismo”.
En ese libro, Bazán Velásquez, no sólo revela los hitos más relevantes de la vida del pensador socialista, contextualizándolos debidamente en el ambiente cultural y social de su época, sino que también deja sentado la importancia de su obra intelectual, social y política, así como de su huella imborrable entre quienes aspiran a construir un Perú y un mundo nuevos.
CONCLUSIÓN.
La amistad de José Carlos Mariátegui y Armando Bazán es un testimonio auténtico de dos espíritus inquietos que, como le gustaba decir al Amauta, se elevaron del periodismo a la doctrina.
El compromiso de Armando Bazán con el proyecto socialista de Mariátegui fue auténtico, desprendido y sacrificado. Por esa adhesión, pasó por la cárcel, tuvo que salir del país, fue expulsado de Francia y padeció la persecución por las fuerzas fascistizantes de España en el levantamiento que terminó con la Segunda República.
Finalmente, el respeto del celendino por la personalidad y la obra del Amauta permaneció incólume inclusive cuando abandonó la militancia socialista. Su colaboración dada a la viuda del Amauta y a sus hijos para publicar la obra completa de José Carlos Mariátegui, así lo testimonia.
REFERENCIAS
Aliaga, O. (10 de Junio de 2013). http://chungoybatan.blogspot.com/2013/06/narrativa-y-poesía-armando-bazan-htnl.
Bazán, A. (1927). Poema. Integridad.
Bazán, A. (1975). Mariátegui y su tiempo. En A. Bazán, M. Moreno, J. Marinello, & W. Frank, Mariátegui y su tiempo (págs. 9-134). Lima: Empresa Editora Amauta S.A.
Carnero Checa, G. (1980). La acción escrita. José Carlos Mariátegui periodista. LIma: Biblioteca Amauta.
Filosofía en español. (2012). Obtenido de http://www.xn--filosofa-i2a.org/htm/dep/sol/9351002-htm
Mariátegui, J. C. (1984). Correspondencia. Lima: Biblioteca Amauta.
Ruillón, G. (1963). Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Stoikov, A. (1980). Mariátegui - Crítico literario y de arte. En X. Abril, A. Cornejo Polar, T. Escajadillo, & S. Glusberg, Mariátegui y la Literatura (págs. 151-171). Lima: Empresa Editora Amauta S.A.
Tauro, A. (1975). Amauta y su influencia. Lima: Biblioteca Amauta .
Cajamarca, 06 de agosto de 2020.