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Jacinto Luis Cerna Cabrera.
Como en un abrir y cerrar de ojos pasaron, fugazmente, cincuenta años de haber salido de los sagrados claustros sanramoninos. Hoy tenemos que reconocer que en aquella inquieta edad, muchos de nosotros no supimos aprovechar tan importante transitar. Sin embargo, tampoco podemos negar que nuestro paso por la Gran Unidad Escolar “San Ramón” de Cajamarca ha sido una encomiable motivación para el resto de nuestra vida. Creemos que algo hemos pretendido hacer en bien de nuestra comunidad. En esta hora ─ya lejana y avanzada─ nos toca hacer un nuevo alto; pero esta vez haremos una profunda reflexión en plena madurez; si bien es cierto, la época borrascosa de Aquiles ya pasó, ahora nos toca experimentar la paciente travesía de Odiseo de los inolvidables poemas homéricos. Y si nos detenemos a pensar un solo instante con Hegel, diremos que “…el tiempo tiene el carácter de continuidad homogénea. Es como el agua de un río que corre continuamente, recorriendo diferentes paisajes. Cada paisaje diferente sería una etapa de la historia.” Y de todos los paisajes que hemos recorrido en el transcurso de estos cincuenta años, hoy solo está fijo en nuestra mente el de nuestra vida de colegial. ¡Cuántos momentos gratos vienen a nuestra memoria! ¡Cuántas anécdotas de muchachos candorosos las tenemos impregnadas! ¡Y cuánta ausencia de los nuestros que ya partieron! Más de veinte compañeros de estudios que nos adelantaron inexorablemente. Allí, precisamente, va nuestra reflexión. Como diría el vate universal por excelencia: “¡Jamás tanto cariño doloroso, / jamás tan de cerca arremetió lo lejos, / jamás el fuego nunca / jugó mejor su rol de frío muerto! / Jamás, señor ministro de salud fue la salud más mortal”. Sin embargo, a pesar de todo ello, las imágenes de todos y cada uno de nuestros compañeros hieren más que nunca nuestras retinas y nuestra mente.
En el marco de estas Bodas de Oro ─ya al atardecer─ volveremos a reunirnos con nuestros sabios maestros; con ellos, imbuidos de una gran circunspección, volvemos a poner pie en los sagrados y gloriosos umbrales sanramoninos para contestar el cotidiano ¡PRESENTE!, tanto por los que estemos reunidos cuanto por los que ya no están con nosotros. Luego, correctamente ubicados en nuestros asientos, volveremos a tomar parte activa en las renovadas clases de nuestros queridos profesores de ayer y de hoy. En esta ocasión, hemos elegido al Profesor Víctor Alejandro Collantes Díaz, destacado maestro en Ciencias, al Dr. Manuel Quiroz Novoa, excelso maestro en Letras, y como Auxiliar de Educación lo tenemos a don Álvaro Pablo Alegría Saldaña, “Alvarito”.
Nuestra presencia en tan significativa fecha ha de servir también para rendir cuentas de nuestro largo ausentismo. Estaremos prestos a una necesaria introspección: ¿qué hemos hecho por la vida?, ¿qué hemos hecho por llevar en alto el nombre de nuestro colegio, aparte el saber al dedillo y cantar a voz en cuello el himno a “San Ramón”? Estas asambleas que tengamos que sostener en sendas clases del recuerdo también han de servir para hacer esta importante valoración de nuestra función como ciudadanos. De seguro, eso nos va a preguntar a cada uno nuestros experimentados maestros. Tenemos que estar preparados para saber qué contestar.
Querido Colegio “San Ramón”, esta vez no hemos querido ser una excepción, no hemos querido llegar con las manos totalmente vacías. Sobre la base de gestiones hechas por nuestra directiva, queremos ofrendarte unos bellos y significativos murales, precisamente, in memoriam de grandes sanramoninos: de don Carlos Zumarán Tarazona, el Himno a “San Ramón”, a lo que añadimos la Insignia del Colegio, con aportes de los integrantes de la Promoción 1968 Luis Silva Miranda, William Cabanillas Aliaga, Marco León García y Francisco Urteaga Becerra; de don Andrés Zevallos De la Puente, El señor de la Luz, restaurado por el pintor Ronald Caruanambo, con el apoyo de la Municipalidad Provincial de Cajamarca, y de don René Marín Ravines, Homenaje a José Gálvez en el Combate del Dos de Mayo, con la colaboración de la Universidad Nacional de Cajamarca. Hacemos esta entrega con un cálido y fraternal abrazo sanramonino, y con la fe y esperanza de que estas elocuentes y artísticas imágenes del egregio escultor celendino don Miguel Ángel Díaz Dávila, MADD, servirán mucho a nuestros estudiantes, orientados correctamente por sus dilectos docentes, para que puedan fortalecer aún más su identidad y desarrollar sus conocimientos en favor del pueblo de Cajamarca y el Perú.
Cajamarca, 31 de agosto de 2018
Promoción 1968 - Bodas de Oro 2018
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N.R.: La promoción "Bodas de Oro 1968 - 2018" lleva por nombre "Manuel González Prada".