A UN MES DE LA PARTIDA DEL RECONOCIDO EDUCADOR Y ESCRITOR DON NOÉ SALVADOR ZÚÑIGA

 

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Consuelo Lezcano Ruiz

La vida de este personaje hualgayoquino fue siempre un paisaje interior de sensibilidad artística, pedagógica, política y social; solamente así podremos comprender su acendrado amor por su terruño, su vocación cívica, su profesión de fe en su pueblo, al que honró con la ética de su ejemplo. Lejos de las pequeñeces de la envidia y de los círculos de la insidia, don Noé escogió el derrotero del servicio social. En su corazón solo cabían la serena paz y la alegría solidaria.

  Nació el 2 de julio de 1921, en la andina ciudad de Hualgayoc, centro minero de altura sideral. Concluidos sus estudios primarios en la centenaria Escuela Estatal N° 82679, cursó los de secundaria en los claustros sanramoninos de Cajamarca y los de educación superior en la ciudad de Lima, optando el título de Normalista Rural. Desde temprana edad mostró una madurez emocional y sensibilidad para cultivar el amor por los libros, leyendo a los clásicos griegos, latinos y orientales, hecho que alentó su vocación artística y su inspiración diáfana.

A la sazón, a los 17 años de edad se desempeñó como amanuense en la subprefectura de la provincia de Hualgayoc, lo que aprovechó para revisar y catalogar el extenso archivo que contiene la historia del asiento minero de la localidad, con datos consignados desde 1774 a 1935. Estas informaciones le sirvieron para documentar después sus libros y atesorar una cultura identitaria.

Don Noé trabajó en la Negociación Minera “Los Negritos”, cuyas vivencias las plasma en su novela “Los Negros”, de la cual extraemos la patética declaración admonitoria de Pablo, personaje principal, cuando retorna al cruel lugar: ¡La Mina! ¡Otra vez la mina esperándome con su boca de arpía! ¡Negra desdentada como haciéndole una horrible mueca de burla!

La música fue la primera morada espiritual que asimiló Don Noé, de sus dedos se desangraron arpegias notas de acordeón, guitarra, violín y otros instrumentos, que ejecutó para dicha y contento de los suyos y de sus innumerables amistades, reflejando la celebración de la amistad y el contento por existir.

Fue elegido por varios períodos como alcalde provincial de Hualgayoc, en mérito a ser un ciudadano ejemplar, de hondo patriotismo, identificado con la problemática y aspiraciones de su pueblo. Fue asimismo convocado por las autoridades de educación de la provincia de Hualgayoc, para desempeñarse como maestro en educación primaria. Esta concesión solamente se daba a los privilegiados culturales, a quienes suscitaban admiración y reconocimiento para ejercer la más noble profesión: la de ser maestro, y Don Noé supo ser maestro en toda la dimensión de esta palabra. Se jubiló a los 35 años de servicios ininterrumpidos en su noble apostolado magisterial.

La savia artística de Don Noé Zúñiga se plasma en lo más complejo de la vocación literaria, la novela. En 1990 sale a luz El Socavón Compactado, en el 2012: Amor Pordiosero. 2000: Hombres y Rocas. Don Noé Zúñiga también volcó su pluma al teatro con dramas inéditos como “El albazo”, “La recepción”, “Callejón sin salida”, “Marcelino y el Terrateniente”, que dan cuenta de su sutil vocación de artista múltiple, que supo incorporar a las gentes y a la naturaleza como materias estéticas, dando testimonio de la condición humana para reflejar el sentimiento cajamarquino.

En vida fue objeto de muchos reconocimientos, entre ellos: hijo predilecto de hualgayoc. Diplomas de Honor al Mérito concedidas por las municipalidades de Cajamarca, Hualgayoc y otras instituciones culturales de la región. Lira de Oro, concedida por CADELPO y otros premios más.

Hualgayoc y Cajamarca toda honramos por siempre a Don Noé Zúñiga Gálvez, con el incienso y la mirra deparados a los dioses del intelecto.

Cajamarca, 05 de junio de 2019.

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