ADIOS AMIGA, ADIOS…
Es cruel esperar la muerte, cuando la ciencia te dice: ”ya no hay nada más qué
hacer, sólo calidad de vida”. Miles de veces repiten esto mismo los doctores,
acostumbrados a la impotencia de salvar esa vida. La muerte se sienta en la
firme piedra de la hora final y la pobre paciente espera angustiada el final de
su tiempo. Así, Luisa, un día de su querida Lima, partió con su hijo para
Alemania, donde él vive. A lo mejor allí, la ciencia, la tecnología, la
especialización daría un soplo de esperanza. Mas no, la muerte infausta esperó
unos meses agravando día a día su cuerpo de madera y metal fundido en alegrías,
hondas penas, en su soledad y en la dicha de saberse una mujer de mágico
pensamiento. ¡No pudo volver a su país, como ella anheló! Soportó valiente
los embates de esta guerra y fue componiendo versos, escritos, hasta la final
vibración de ese corazón que amó tanto al Perú, a su Andina Cultura, a la
sabiduría de este oriental mundo. Cómo olvidar estos versos que escribiera entre
tantas batallas:
Confinada en la trinchera,
a tiro de gracia y en rigor mortis...
no puedo batirme en retirada
ni cambiar los rituales
después de haber marchado a ritmo firme
con el paso de vencedores,
...y ahora se
que la batalla puede ser cruel
cuando se junta anfo y dinamita.
Con un arsenal acantonado
que esperó la acometida
yo adelanto y no cruzo la mirada
con la de la muerte en vida
al fragor de descargas, detonaciones
y estallidos.
¡ataca! ... no retrases más
el combate cuerpo a cuerpo.
Batallando partió nuestra amiga, pero sobre todo partió LA ARTISTA DE LA
MADERA, PINTORA, LA EBANISTA, ESCULTORA, POETA, LA MAESTRA de sapiencia
andina, de aquellas que pocas quedan, para imbuirnos de la cultura primigenia de
los abuelos del Ande, esa sabiduría que no debemos olvidar, pues está más
vigente que nunca. Necesitamos una sociedad que ame la Naturaleza, que la
defienda, la proteja, la innove, la valore y la trasmita de hijos a nieto,
sucesivamente. Una Cultura de la Armonía y de la Vida Saludable. Muy pocos la
conocen en Cajamarca, pero su memoria ha sembrado semillas buenas, las que un
día han de volver a echar flores y frutos desde nuestra madre tierra. Ella,
LUISA BOGGIO CARRILLO, descansa ya en el Hanan Pacha, el reino de los
buenos, quienes merecen compartir el reino del Sol y de Luna.
Cajamarca, 02 de diciembre 2021.