In Memoriam
Pepe Li Ning
Jorge Díaz Herrera
Hoy he visto en mis recuerdos tu retrato
y he hablado contigo,
habla que te habla,
para nunca acabar de hacer que me oigas,
y no quedarme solo en el desierto,
fantasma del arenal,
de dunas
que llevan a otras dunas.
Te cuento, Pepe Li Ning, que una bárbara soledad
arrastra mi alma
y no encuentro tu mano donde asirme.
En tu retrato estás conmigo
sereno y presto a espantar el dolor
de tus amigos.
Veo en el color de tus pinceles
el color de tu alma
de tu generosidad sin puertas,
abierta como el mar,
abierta a los peregrinos que buscaban
dar paz a sus tormentos.
Tu pincel también pintaba el alma.
No había pálidos después de tu pintura.
No puede ser, me digo,
Y me abrazo a mí mismo
Y ya no soy yo
Ni soy el otro
Querido Pepe, te espero en la estación
en la misma estación
donde tomaste el tren
del alba
ese tren que lleva a la casa sin puertas
del abuelo Li Bai,
amado de la Luna,
allá,
en las entrañas cristalinas del Yangtzi.