Yma Sumac

 

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Por Jorge W. Izquierdo*

 

ICHOCÁN, distrito de San Marcos (Cajamarca), a 2783 metros de altitud, su nombre provendría del quechua ICHU (paja, gualte) o de algún costeño yunga. Que por allí pasaron Francisco y Hernando Pizarro, Bolívar, Raimondi y Julio C. Tello. Es “La posada de larga vida”.

Allí, nació Emperatriz Chávarry del Castillo, en un ya perdido 10 de setiembre de 1922, trayendo su inédita voz capaz de retraer lo inmemorial en una parábola andina de Cuzco a Cajamarca y viceversa.

Con seis años de edad, en Lima, un tenor vecino suyo de apellido Valle, la escuchó cantar y, animada por él, se presentó en radio La Crónica. Y cuando pasó a Radio Nacional, lo hizo como Yma Sumac, que bella flor en quechua, actuando, además, en el teatro municipal con Los Morochucos.

Al conocer a Moisés Vivanco, guitarrista ayacuchano, director de la banda Compañía Peruana de Arte, fue su promotor y después su esposo. Con esa banda, se presentó en Arequipa, el 6 de junio de 1 942. Dos años más tarde, en Argentina, grabó ocho canciones peruanas en Odeón, destacando las Vírgenes del Sol. Recorrió E.U.A., Alemania, Japón, Suecia, Lituania, Polonia y España. El crítico francés F. Soir valoró en grande sus “tonos de bronce y toques de cristal “por salir de lo profundo hasta las cinco octavas prodigiosas. A los veinticinco años de edad, con arreglistas propios, fue imparable. En 1950, tras la segunda guerra mundial, desató interés por las etnias exóticas, en E.U.A. firmó contrato con la Capitol Records para una serie de canciones andinas junto a otras de su esposo. Radicada en Los Ángeles, la aplaudieron más de treinta mil espectadores en Hollywood Boral; cantó con Frank Sinatra y Marlon Dietrich; también ante el príncipe Majaracha y el emperador Hiroito de Japón. Invitada por Nikita Kruschev, cubrió treinta conciertos en el estadio Lenin de Moscú.

Su porte era el de una princesa acllawasina, cabellera lacia, ojos oblicuamente indígenas, busto y perfil grávidos de exotismo, como así codificaban a su arte. Su danzar y atuendo, hacían gala de su origen, toda Perú.

Hizo teatro y televisión. Cine con Charlton Heston (El secreto de los Incas), y con Coronel Wilde sobre pieles rojas. Como “La voz de los siglos”, era la octava maravilla del mundo, la única peruana que emulaba el canto de las aves, inscrita en “El paseo de la Fama”, de Hollywood.

El año 2006, aquí recibió justos y oportunos reconocimientos, empezando por su tierra natal. Y pasó a Machu- Picchu, toda una princesa espiritual de peruanidad. Fue condecorada con la Orden Sol del Perú, las medallas Jorge Basadre (Universidad de San Marcos) y de la ciudad de Lima (Municipalidad), Palmas Artísticas por el Ministerio de Educación, etc.

Y se fue… Pero volvió el 1º de noviembre 2008 en fúnebre aviso a causa de un cáncer alevoso. El 7 de julio del presente año, por la ascensión de Machu - Picchu a cuarta maravilla del mundo moderno, celebraron junto con el centenario de su descubrimiento para la investigación científica. Justo y bueno. Pero Yma Súmac pasó excluida completamente. Ni un arpegio de su voz en esa retrospectiva de amor al pasado. De su voz, orgullo también universal. Más bien cantaron La Valicha, todo por la noche, cuando el culto del Imperio fue al SOL…

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*Jorge Wilson Izquierdo. Poeta, escritor, autor teatral y periodista peruano, nacido en Celendín el 28 de agosto de 1941, ha ejercido el periodismo en diferentes órganos locales de la región y el país, como en “Celendín Docente”, “La Revista Marañón”, “La Industria” y “Nuevo Norte de Trujillo, “El Siglo” y “Cajamarca Ilustrada” de Cajamarca, “Orbita” de Lima y actualmente en el quincenario “El Shilico” que se edita en la ciudad de Arequipa. Tiene una amplia producción intelectual entre sus obras publicadas tenemos: Cráneos profundos. 1970, 2da.Ed. 2002; Mi Canto a Chalán. 2000; Recogiendo mis pasos. 1999; Cara a cara con la muerte. 1991; Celendín. 1981 y ¡Sangre y arrojo! 1972.

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